30 marzo 2013

RESUCITA EL SEÑOR DE LA HUMILDAD


¿Por qué es importante la Resurrección de Jesucristo?"

La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero, testifica del inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si Él creó el universo y tiene poder sobre él, entonces Él tiene el poder de levantar a los muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y adoración. Sólo Él, quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte. Sólo Él puede revertir la atrocidad que es la muerte misma, y sólo Él puede quitar el aguijón que es la muerte y dar la victoria sobre la tumba. En la resurrección de Jesús de la tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.

Segundo, la resurrección de Jesús es un testimonio para la resurrección de los seres humanos, la cual es un principio básico de la fe cristiana. A diferencia de todas las otras religiones, sólo el cristianismo tiene un fundador que trascendió la muerte y quien prometió que Sus seguidores harían lo mismo. Todas las otras (falsas) religiones fueron fundadas por hombres y profetas, cuyo fin fue la tumba. Como cristianos, somos confortados en el hecho de que nuestro Dios se hizo hombre, murió por nuestros pecados, fue muerto y resucitado al tercer día. La tumba no pudo retenerlo. Él vive y ahora está sentado a la diestra de Dios el Padre en el Cielo. La iglesia viviente tiene una Cabeza viviente.

En 1 Corintios 15, Pablo explica en detalle la importancia de la resurrección de Cristo. Algunos en Corinto no creían en la resurrección de los muertos, y en este capítulo, Pablo da seis consecuencias desastrosas si es que no hubiera resurrección; 1) No tendría sentido el predicar a Cristo (v.14); 2) la fe en Cristo sería vana (v. 14); 3) todos los testigos y predicadores de la resurrección serían mentirosos (v. 15); 4) nadie sería redimido del pecado (v. 17); 5) todos los creyentes que nos precedieron, habrían perecido (v. 18); y 6) los cristianos serían la gente más digna de conmiseración en el mundo (v. 19). Pero Cristo, sí, se levantó de entre los muertos y “primicias de los que durmieron es hecho.” (v. 20), asegurando que lo seguiremos en la resurrección.

La inspirada Palabra de Dios garantiza la resurrección de los creyentes cuando Jesucristo venga por Su Cuerpo (La Iglesia) en el Arrebatamiento. Tal esperanza y seguridad surge en un grandioso canto triunfal como lo escribe Pablo en 1 Corintios 15:55, “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” ¿Cómo describen estos versos la importancia de la resurrección?  Pablo responde, “...sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (v. 58). Él nos recuerda que sabiendo que seremos resucitados a una vida nueva, podemos sufrir persecución y peligros por amor a Cristo, tales como Él padeció (vv. 29-31), y al igual que miles de mártires a través de la historia, quienes gustosamente cambiaron sus vidas terrenales por la vida eterna mediante la resurrección.

La Resurrección es una victoria triunfante y gloriosa para cada creyente en Jesucristo, quien murió, fue sepultado, y resucitó al tercer día de acuerdo a las Escrituras. Y, ¡Él vendrá nuevamente! Los muertos en Cristo resucitarán primero, luego nosotros, los que hayamos quedado y vivamos para Su venida, seremos transformados y recibiremos nuevos cuerpos glorificados (1 Tesalonicenses 4:13-18). ¿Por qué es importante la resurrección de Jesucristo? Porque demuestra que Dios aceptó el sacrificio de Jesús a nuestro favor. Comprueba que Dios tiene el poder de levantarnos de los muertos. Garantiza que aquellos que crean en Cristo no permanecerán muertos, sino que serán resucitados a una vida eterna. ¡Esa es nuestra bendita esperanza!

14 marzo 2013

BIENVENIDO PAPA FRANCISCO

 
"Un hombre Humilde como San Francisco"

12 marzo 2013

EL ÚLTIMO MENSAJE CUARESMAL



      Hemos apreciado la profundidad y sencillez de los ocho mensajes que para la cuaresma nos ha dirigido Benedicto XVI durante su pontificado. Su último mensaje, para la cuaresma de este año 2013, ha subrayado la necesaria relación que existe entre la virtud de la fe y la de la caridad.

En el mensaje se rechaza repetidamente la posible oposición y aun la separación entre estas dos virtudes. Uno puede preguntarse si era necesario afirmar una vez más la estrecha vinculación que las une para que ambas sean verdaderas y fructíferas.

Seguramente, cada uno de nosotros puede recordar algunas personas que, en la práctica, parecen vivir como si la fe y la esperanza pudieran existir separadas. Hay algunos que se proclaman creyentes, pero en su vida diaria parecen ignorar las necesidades del prójimo. Otros por el contrario afirman que para dedicarse a la promoción social de los demás no necesitan el apoyo de la fe.

Pero sin necesidad de juzgar a nadie, todos debemos examinar nuestra conciencia  y preguntarnos por la coherencia de nuestra fe.

Pues bien, Benedicto XVI recuerda los puntos fundamentales que exponía ya en su primera carta encíclica, “Dios es amor”. Allí nos decía que el amor al prójimo no es sólo un mandamiento impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de la fe, la cual actúa por la caridad.

En este último mensaje rechaza tanto la tentación del fideísmo como la del activismo moralista. ¿Qué significa esta doble exclusión?  Significa que se equivoca quien hace tanto hincapié en la prioridad y el valor de la fe que subestima y casi desprecia las obras concretas de caridad, reduciéndolas a un humanismo genérico.

Pero se equivoca también quien sostiene “una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la caridad”. Son numerosos los textos bíblicos que apoyan la unión entre la fe y la caridad. Y es evidente que el sentido común de las gentes critica la separación que a veces establecemos entre ellas.

Como recordando el misterio de la transfiguración de Jesús en el monte y la curación del niño que sigue a ese relato evangélico, Benedicto XVI afirma que “la existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que de ahí se derivan, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios”.

El mensaje de cuaresma señala además dos peligros. El de reducir la caridad a la solidaridad o la ayuda humanitaria, cuando en realidad ha de incluir el anuncio de Cristo como primer factor del desarrollo. Y el peligro de creer que las obras de caridad son fruto del esfuerzo humano, cuando nacen de la fe y de la gracia de Dios.

El mensaje concluye poniendo en relación dos “saberes” imprescindibles. El cristiano parte de la humilde aceptación de la fe, que nos lleva a “saber que Dios nos ama”. Pero debe llegar a la verdad de la caridad, es decir, a “saber amar a Dios y al prójimo”.

José-Román Flecha Andrés

10 marzo 2013

RECONOCIMIENTOS EN LA FIESTA DE REGLA DE LA HERMANDAD

Con motivo de la Fiesta de Regla de la Hermandad hemos podido compartir con nuestro Hermanos Mayores y Hermanos de la Cofradía la Santa Misa, en la que has estado muy presente la figura de Benedicto XVI.
 
 
Tres Hermanos Costaleros han recibido el Homenaje de la Junta de Gobierno
por su vinculación con la Hermandad.
 
 
Al finalizar esta foto de familia en torno a nuestro Señor.
 
Durante el lunes y martes continuarán los Cultos al Stmo. Cristo de la Humildad.


FIESTA DE REGLA DE LA HERMANDAD


Mañana Domingo, a las 7, 30 de la tarde
comenzarán los Cultos Cuaresmales al Señor de la Humildad.

Predica: D. Manuel Tirado Fernández

¡ESTÁIS INVITADOS!

03 marzo 2013

BENEDICTO XVI NOS DICE ADIOS..

En su última audiencia y ante miles de fieles que colmaron la Plaza San Pedro para despedirlo, Benedicto XVI pronunció un conmovedor discurso en el que aseguró que su pontificado tuvo momentos de alegría, "pero también difíciles", pero que siempre se sintió protegido por Dios y aseguró que su renuncia no significa volver a la vida privada.
El Pontífice hizo estas manifestaciones durante la audiencia pública de los miércoles, a la que asistieron cerca de 100.000 personas, según el Vaticano.

"Mi decisión de renunciar al ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005 (cuando fue elegido papa). No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias, etc. No abandono la Cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro", afirmó.

Benedicto XVI dijo que se sintió como San Pedro con los apóstoles en la barca en el lago de Galilea y que siempre ha sido sabido que en esa barca está el Señor. "Y siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya y no la deja hundirse. Es Él quien la conduce, por supuesto, a través de los hombres que ha elegido, según publica Diario La Nación.

Esta es una certeza que nada puede ofuscar y es por ello que mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios, porque no me ha hecho faltar a toda la Iglesia y también su consuelo, su luz y su amor", afirmó.
Asimismo, el papa Joseph Ratzinger afirmó que "amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno".
Y también reiteró que ha renunciado al papado "en plena libertad", al notar que sus fuerzas han disminuido, y no por su bien particular, "sino por el bien de la Iglesia". "He dado este paso sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un ánimo sereno", dijo.

Benedicto XVI abandonará mañana la Santa Sede sin una ceremonia especial. La audiencia general, un encuentro semanal con los feligreses, respetó la forma habitual, aunque esta vez Benedicto XVI dio "una vuelta más larga de lo normal con su papamóvil", indicó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. Sin embargo no hubo el tradicional besamanos, en el que algunas personas tienen el privilegio de besar el anillo del pescador del Papa. Sin embargo, el secretario privado del Pontífice le acercó dos bebés a lo largo del camino, a quienes Benedicto XVI bendijo y les dio un beso desde el papamóvil.
El encuentro se celebró en una mañana de sol radiante, lo que propició una presencia mayor de fieles, venidos de todas partes del mundo para dar el último adiós al papa Benedicto XVI. También asistieron numerosos cardenales venidos ya para el próximo cónclave, arzobispos, obispos y cientos de sacerdotes.

El Pontífice, que se convertirá tras su renuncia en "papa emérito", según el trato que eligió recibir, abandonará mañana el Vaticano sin una ceremonia especial rumbo a su residencia veraniega de Castel Gandolfo, donde vivirá temporalmente antes de instalarse en un convento.

02 marzo 2013