31 mayo 2013

LA HERMANDAD ESTARÁ PRESENTE CON SU ALTAR EN LA PROCESIÓN DEL CORPUS

                        Altar Corpus 2008                                     Altar Corpus Año 2010

Altar Corpus 2011                               Altar Corpus Año 2012

Como viene siendo constumbre desde nuestro Cincuentenario la Hermandad volverá a estar presente en la procesión del Corpus con el montaje de un altar en la Casa de la Familia Molleja en la Calle Pablo Picasso. Este año habrá que madrugar ya que la Custodia procesionará por la mañana. Los Hermanos que quieran colaborar pueden acercarse a hacerlo en las horas previas.

27 mayo 2013

FIESTAS DEL CORPUS


Ya está en la calle el Cartel que anuncia las próximas Fiestas del Corpus. Este año tiene como tema principal a un Niño Jesús que sostiene la Custodía de Damián de Castro. Al fondo, a modo de altar, la calle Juan de la Cruz Criado con los tradicionales arcos de lentisco que se instalan para dicha festividad. Bajo la Custodia simbología de uvas y espigas relativas a la Eucaristía y lema "Año de la Fe".
Ha sido realizado por el pintor Enrique Sánchez Collado.

UN OBISPO CERCANO


La Hermandad agradece al Sr. Obispo su reciente Visita Pastoral cargada de actos y momentos muy emotivos. Hemos sido testigos de un Obispo cercano, atento, interesado y preocupado por la comunidad cristiana de Villa del Río.

GRACIAS POR SU VISITA

26 mayo 2013

LA SANTÍSIMA TRINIDAD

MISTERIO DE BONDAD



A lo largo de los siglos, los teólogos se han esforzado por investigar el misterio de Dios ahondando conceptualmente en su naturaleza y exponiendo sus conclusiones con diferentes lenguajes. Pero, con frecuencia, nuestras palabras esconden su misterio más que revelarlo. Jesús no habla mucho de Dios. Nos ofrece sencillamente su experiencia.

A Dios Jesús lo llama “Padre” y lo experimenta como un misterio de bondad. Lo vive como una Presencia buena que bendice la vida y atrae a sus hijos e hijas a luchar contra lo que hace daño al ser humano. Para él, ese misterio último de la realidad que los creyentes llamamos “Dios” es una Presencia cercana y amistosa que está abriéndose camino en el mundo para construir, con nosotros y junto a nosotros, una vida más humana.

Jesús no separa nunca a ese Padre de su proyecto de transformar el mundo. No puede pensar en él como alguien encerrado en su misterio insondable, de espaldas al sufrimiento de sus hijos e hijas. Por eso, pide a sus seguidores abrirse al misterio de ese Dios, creer en la Buena Noticia de su proyecto, unirnos a él para trabajar por un mundo más justo y dichoso para todos, y buscar siempre que su justicia, su verdad y su paz reinen cada vez más en entre nosotros.

Por otra parte, Jesús se experimenta a sí mismo como “Hijo” de ese Dios, nacido para impulsar en la tierra el proyecto humanizador del Padre y para llevarlo a su plenitud definitiva por encima incluso de la muerte. Por eso, busca en todo momento lo que quiere el Padre. Su fidelidad a él lo conduce a buscar siempre el bien de sus hijos e hijas. Su pasión por Dios se traduce en compasión por todos los que sufren.

Por eso, la existencia entera de Jesús, el Hijo de Dios, consiste en curar la vida y aliviar el sufrimiento, defender a las víctimas y reclamar para ellas justicia, sembrar gestos de bondad, y ofrecer a todos la misericordia y el perdón gratuito de Dios: la salvación que viene del Padre.

Por último, Jesús actúa siempre impulsado por el “Espíritu” de Dios. Es el amor del Padre el que lo envía a anunciar a los pobres la Buena Noticia de su proyecto salvador. Es el aliento de Dios el que lo mueve a curar la vida. Es su fuerza salvadora la que se manifiesta en toda su trayectoria profética.

Este Espíritu no se apagará en el mundo cuando Jesús se ausente. Él mismo lo promete así a sus discípulos. La fuerza del Espíritu los hará testigos de Jesús, Hijo de Dios, y colaboradores del proyecto salvador del Padre. Así vivimos los cristianos prácticamente el misterio de la Trinidad.

D. José Antonio Pagola

19 mayo 2013

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

 
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.

Hechos de los Apóstoles 2, 1-5

14 mayo 2013

ORACIÓN A SAN ISIDRO


Glorioso San Isidro,
tu vida fue un ejemplo de humildad y sencillez,
de trabajo y oración;
enséñanos a compartir el pan de cada día
con nuestros hermanos los hombres,
y haz que el trabajo de nuestras manos
humanice nuestro mundo y sea,
al mismo tiempo, plegaria de alabanza
al nombre de Dios.
Como tú, queremos acudir confiadamente
a la bondad de Dios
y ver su mano providente en nuestras vidas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

12 mayo 2013

LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR


Hoy recordamos el día que Jesús ascendió al cielo.
Él dijo que nos prepararía un lugar para estar todos con El.
El cielo es estar perfectamente unidos a Dios por medio de Cristo.

¿De verdad queremos ir al cielo?
Si entendemos que ir al cielo es ir a Jesús, dependerá de cuanto amamos a Jesús.
Cuando me despido de personas que posiblemente no vuelva a ver en este mundo, suelo decirles: "espero que nos encontremos en el cielo. Ellos suelen responder algo así: "¡Espero que no sea pronto!"
La verdad es que muy pocas personas desean ir al cielo. Si les damos a escoger entre cielo o infierno, dicen que prefieren el cielo. Pero prefieren aún más su vida en la tierra.
El problema es que conocemos poco a Jesús y por eso lo amamos poco. Hay muchas cosas que ponemos antes que Él.
No digo que despreciemos este mundo. Los santos deseaban ir al cielo y por eso vivían aquí con tanto amor. Porque en el cielo se vive el amor y se comienza a amar aquí.
Cuanto más deseamos a Jesús (estar con Él en el cielo) más vamos a apreciar nuestra vida en la tierra. Él nos da el Espíritu Santo para que podamos amar a todos y todas las cosas en Cristo.
Es como una novia que anhela por casarse con su novio. Cuanto más lo anhela más goza el noviazgo con toda la preparación.
No podemos imaginarnos el cielo porque está fuera de nuestras categorías de conocimiento. No puede una persona completamente ciega de nacimiento imaginarse los colores.
El cielo no es tanto un lugar como un estado de vida muy superior al nuestro. En el cielo no hay tiempo ni espacio. Solo podemos anticipar el cielo basado en el amor. ¡En el cielo todo se conjuga en el amor!
En la tierra empezamos a amar, pero todavía tras velos y límites. En el cielo estaremos en la plenitud del amor.
Por eso, la ascensión NO es una fiesta triste y melancólica.
Al partir hacia el cielo, Cristo comienza a comunicar el Espíritu Santo a sus apóstoles y los frutos son inmediatos:
Jesús los reviste de fortaleza como les había prometido (cf. Evangelio de hoy)
Ellos “se postraron ante él (adoración) y se volvieron con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios (alabanza)." (cf. Evangelio de hoy).
Son hombres nuevos llenos de convicción sobre la realidad de Cristo, llenos de propósito.
La ascensión es la fiesta de la entronización de Cristo.
Sube al cielo y se sienta en Su trono a la derecha del Padre. Significa que Jesús ha transcendido a todas las limitaciones de este mundo y está con Dios. Significa que en Jesús, todos los hombres que creen transcienden también porque somos su Cuerpo.
Jesucristo ejercita ahora soberanía sobre los suyos, dándoles la gracia para llevar a cabo su misión en este mundo. A través de ellos su presencia se hace presente en la tierra.
Esta verdad es el fundamento de la nueva vida de los Apóstoles.
Esta misma experiencia del Señorío de Jesús es expresada por Pablo quien nos dice que Cristo se elevó por encima de todo. Señor “Kyrios”. “puso todas las cosas bajo sus pies”.
Frente a Cristo debe doblarse toda rodilla: en los cielos, la tierra y lo que está bajo la tierra (Cf. Flp. 2,9)
Jesús, lejos de separarse de nosotros nos ha unido a Él para siempre.
En Cristo, nuestra humanidad es elevada hasta Dios.
Nosotros somos miembros de su Cuerpo, unidos a la Cabeza.
Ya desde la tierra somos de su reino y no del mundo.
"He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".
En la tierra podemos estar unidos a Cristo, pero hay diferentes capacidades de unidad.
Un novio conoce a su novia y ambos se aman ya. Pero anhelan el día de la boda.
Nosotros conocemos a Jesús pero vivimos en la esperanza firme del cielo. Si no tuviésemos ya los primeros frutos, no anhelaríamos la plenitud.
Ir al cielo significa ir a estar "con Cristo" (Fi. 1,23)

05 mayo 2013

MES DE MAYO, MES DE MARÍA



15 RASGOS DE LA VIRGEN

1.- Bajo su guía maternal nos conduce a estar cada vez más unidos a su Hijo Jesús.

2.- María nos da la salud, es nuestra salud.

3.- María es madre y una madre se preocupa sobre todo por la salud de sus hijos, sabe cuidarla siempre con amor grande y tierno.

4. Es una mamá ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza -que también se deriva de un cierto bienestar – a no conformarse con una vida cómoda que se contenta sólo con tener algunas cosas.

5.- Es la mamá cuida a los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de asumir compromisos en la vida, de tender hacia grandes ideales.

6.- La Virgen hace precisamente esto con nosotros, nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos de una manera superficial, sino a vivir con responsabilidad, a tender cada vez más hacia lo alto.

7.- Es una mamá además que piensa en la salud de sus hijos, educándolos también a afrontar las dificultades de la vida. No se educa, no se cuida la salud evitando los problemas, como si la vida fuera una autopista sin obstáculos. La mamá ayuda a los hijos a mirar con realismo los problemas de la vida y a no perderse en ellos, sino a afrontarlos con valentía, a no ser débiles, y saberlos superar, en un sano equilibrio que una madre “siente” entre las áreas de seguridad y las zonas de riesgo. Y esto una madre sabe hacerlo.

8.- Es una madre que lleva al hijo no siempre sobre el camino “seguro”, porque de esta manera no puede crecer. Pero tampoco solamente sobre el riesgo, porque es peligroso. Una madre sabe equilibrar estas cosas. Una vida sin retos no existe y un chico o una chica que no sepa afrontarlos poniéndose en juego ¡no tiene columna vertebral!

9.- María ha vivido muchos momentos no fáciles en su vida, desde el nacimiento de Jesús, cuando para ellos “no había lugar para ellos en el albergue” (Lc 2, 7), hasta el Calvario (cfr. Jn 19, 25). Y como una buena madre está cerca de nosotros, para que nunca perdamos el valor ante las adversidades de la vida, ante nuestra debilidad, ante nuestros pecados: nos da fuerza, nos muestra el camino de su Hijo.

10.- Jesús en la cruz le dice a María, indicando a Juan: “¡Mujer, aquí tienes a tu hijo!” y a Juan: “Aquí tienes a tu madre”(cfr. Jn 19, 26-27). En este discípulo todos estamos representados: el Señor nos confía en las manos llenas de amor y de ternura de la Madre, para que sintamos que nos sostiene al afrontar y vencer las dificultades de nuestro camino humano y cristiano. A no tener miedo de las dificultades. A afrontarlas con la ayuda de la madre

11.- Una buena mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones definitivas con libertad.

12.- María es maestra de la verdadera libertad. Donde reina la filosofía de lo provisorio, ¿qué significa libertad? Por cierto, no es hacer todo lo que uno quiere, dejarse dominar por las pasiones, pasar de una experiencia a otra sin discernimiento, seguir las modas del momento. Libertad no significa, por así decirlo, tirar por la ventana todo lo que no nos gusta. La libertad se nos dona ¡para que sepamos optar por las cosas buenas en la vida!

13.- María como buena madre nos educa a ser, como Ella, capaces de tomar decisiones definitivas, con aquella libertad plena con la que respondió “sí” al plan de Dios para su vida (cfr. Lc 1, 38).

Queridos hermanos y hermanas, ¡qué difícil es, en nuestro tiempo, tomar decisiones definitivas! Nos seduce lo provisorio. Somos víctimas de una tendencia que nos empuja a lo efímero… ¡como si deseáramos permanecer adolescentes para toda la vida! ¡No tengamos miedo de los compromisos definitivos, de los compromisos que involucran y abarcan toda la vida! ¡De esta manera, nuestra vida será fecunda! Y ¡esto es libertad! Tener el coraje de tomar decisiones con grandeza.

14.- Toda la existencia de María es un himno a la vida, un himno de amor a la vida: ha generado a Jesús en la carne y ha acompañado el nacimiento de la Iglesia en el Calvario y en el Cenáculo.

15.- María, la Salus Populi Romani, es la mamá que nos dona la salud en el crecimiento, para afrontar y superar los problemas, en hacernos libres para las opciones definitivas; la mamá que nos enseña a ser fecundos, a estar abiertos a la vida y a ser cada vez más fecundos en el bien, en la alegría, en la esperanza, a no perder jamás la esperanza, a donar vida a los demás, vida física y espiritual.

Danos, María, danos la salud que sólo tú puedes donarnos,
para ser siempre signos e instrumentos de vida.


A luz de la alocución del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma ante la Salus Populi Romani, el sábado 4 de mayo de 2013.