04 julio 2021

01 julio 2021

EL BENEFICIO DEL FRACASO

ENCUENTRO DE ORACIÓN. JUNIO 2021.

Ayer noche, tomando como introducción la Conversión de San Pablo, nos unimos en reflexión y oración a este fragmento de la Escritora de Harry Potter que nos habla del fracaso:

…Llegado el momento, todos tenemos que decidir lo que para cada uno supone el fracaso, pero el mundo está ávido de ofrecerles una serie de criterios si ustedes se dejan. Así que es justo decir que, solo siete años después del día de mi graduación yo había fracasado de una manera monumental. Un matrimonio excepcionalmente corto implosionó, y yo estaba desempleada, madre soltera y tan pobre como se puede ser en la moderna Gran Bretaña, sin ser un “sin techo”. Los temores que mis padres habían sentido por mí, y que yo misma había sentido, se convirtieron en realidad y me posicionaban como el mayor fracaso que conocía.
No seré yo quien les diga que el fracaso es divertido. Esa época de mi vida fue muy oscura, y no tenía ni idea de que llegaría a suceder lo que algunos medios recientemente han llamado un “final de cuento de hadas”. No sabía entonces cuál largo iba a ser el túnel, y durante mucho tiempo cualquier luz al final de él era más una esperanza que una realidad.

¿Por qué hablo entonces de los beneficios del fracaso? Simplemente porque el fracaso significó un camino hacia lo no esencial. Dejé de pretender que era algo distinto a lo que era en realidad y dirigí toda mi energía a terminar el trabajo que realmente me importaba. Si hubiese triunfado en alguna otra faceta, posiblemente no habría tenido éxito en la única faceta de la que siempre me he sentido parte. Había sido liberada, pues mis más grandes miedos se habían materializado, pero aún estaba con vida. Aún tenía una hija a la cual adoraba, una máquina de escribir y una gran idea. Y entonces, el suelo contra el que me había estampado se convirtió en el cimiento sobre el que reconstruí mi vida.
Tal vez ustedes nunca fracasen del modo que yo lo hice, pero algunos fracasos en la vida son inevitables. Es imposible vivir sin fracasar en ocasiones, a menos que vivas tan cautelosamente que en realidad no estás viviendo, en cuyo caso fracasas por defecto.
El fracaso me dio una seguridad interior que nunca había experimentado aprobando exámenes. El fracaso me enseñó cosas acerca de mí misma que no hubiese podido aprender de otra manera. Descubrí que tengo una gran fuerza de voluntad y más disciplina de la que esperaba. Y también descubrí que tenía amigos cuyo valor era mucho mayor que el precio de los rubíes.
Ser consciente de que has emergido del fondo con más sabiduría y más fuerza afianza para siempre tu capacidad de supervivencia. Uno nunca se conoce a sí mismo, ni conoce la solidez de sus relaciones hasta que ambas sean puestas a prueba ante la adversidad. Ese conocimiento es un verdadero regalo por haber sido obtenido con esfuerzo, y vale más que cualquier calificación obtenida anteriormente.
Por lo tanto, si pudiera viajar en el tiempo me diría a mí misma, con 21 años, que la felicidad personal reside en saber que la vida no es una lista de adquisiciones o de logros. Las calificaciones académicas o su currículum no son su vida, aunque conocerán a muchas personas de mi edad o más mayores que confunden ambos aspectos. La vida es difícil, complicada e incontrolable, pero la humildad de saber esto les permitirá superar cualquier vicisitud.

Para reflexionar:
-¿Puedes decir tu, que no has fallado nunca?
-¿Habías pensado en el fracaso como beneficio, como un punto de partida, como un momento de humildad y de conocimiento interior?
-¿Vivimos, como dice la autora, tan cautelosos en no fallar que dejamos de vivir?
-¿Aprendemos de nuestros fallos o nos regodeamos en el dolor y en el victimismo?
-¿Practicamos la misericordia de Dios con los que se equivocan, en los que son capaces de retomar el camino y de crecer como personas o nos valemos del juicio rápido con el que falla?
-¿Han sido los santos personas que no fallan? ¿Han sido personas perfectas o personas que han reconducido sus vidas hacia la perfección?

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30 junio 2021

29 junio 2021

27 junio 2021

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13 junio 2021

07 junio 2021

FIELES A LA FIESTA DEL CORPUS

En la mañana de hoy la capilla en la que reside nuestro Titular amaneció perfumada con romero y embellecida con motivo del Día de Señor.
Son ya muchos los años, desde el Cincuentenario, en los que la Hermandad monta altar efímero para engrandecer una de las fiestas más importantes para los cristianos.
En este caso, como en el pasado año se ha realizado dentro de la Parroquia dadas las circunstancias que vivimos.
¡Alabado sea el Santísimo!

06 junio 2021

03 junio 2021

30 mayo 2021

26 mayo 2021

¿A DÓNDE NOS LLEVA HOY EL VIENTO DEL ESPÍRITU?

Encuentro de Oración. Mayo 2021

Esta noche hemos vuelto a acercarnos a Jesús de la Humildad a través de las palabras de D. Luis Emilio Pascual Molina.

Acabamos de celebrar Pentecostés: la fiesta del Espíritu. En el primer Pentecostés había doce apóstoles en torno a María la madre de Jesús. Aquello fue una fiesta; gentes, lenguas, culturas y nacionalidades entendían un mismo lenguaje: las maravillas de Dios.

No era una docena de líderes voluntaristas que, a base de talento y decisión, habían resucitado a Cristo y se proponían ahora aniquilar el pecado del mundo. Eran doce cobardes, pobres, incultos y pecadores, a quienes Dios había hecho testigos sorprendidos de las maravillas culminadas en la Resurrección.

No podían callar lo que habían visto y oído: un “poder” nuevo que perdonaba los pecados, creaba comunión y ponía alas en los pies para salir a proclamarlo: “Como el Padre me envió, así también os envío yo… Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados…”.

¿Por dónde nos quiere llevar hoy el viento del Espíritu? Pues por los mismos caminos de aquel primer Pentecostés, que partiendo de Jerusalén –“kilómetro cero” de la andadura misionera y evangelizadora- llevó a los primeros seguidores del Señor por todo el orbe.

Hoy, como entonces, podemos individualizar cuatro destinos. Atenas: es el ámbito del pensamiento, la cultura y el saber, la atmósfera en que a menudo crece la increencia, el agnosticismo o la indiferencia religiosa, nuevos areópagos donde entablar el diálogo racional y creyente. Jericó: el camino que nos conduce hacia el apaleado, el caído, el marginado y empobrecido; camino que siempre nos llevará junto a las víctimas de las mil y una injusticias, de los mil y un dolores que afligen a la humanidad. Roma: aquellos núcleos donde se gestan las decisiones sociopolíticas de nuestro tiempo, como se gestaban las de entonces; son las asociaciones, sindicatos, los partidos políticos… Y Emaús: simboliza el camino del cansancio, el desaliento, el escepticismo, la frustración o el desengaño respecto a todo lo religioso; ¡cuántos -Dios mío- cercanos a nosotros se encuentran aquí! Y en definitiva… todos los caminos, porque siguen siendo muchos los hombres y mujeres que o no conocen esta Buena Noticia o vagan sin sentido por este mundo. Y… ¿Cómo lo van a conocer y encontrar si no hay quien los oriente?

¡Vale la pena dejarse conducir por el Espíritu! Sé valiente y no te desanimes si alguna vez, habiendo decidido navegar mar adentro, has plegado velas y has remado con desilusión hacia la orilla. Quizás te has vuelto atrás asustado cuando no has visto tierra -la tierra de tus seguridades de la que has partido- o cuando se ha levantado ante ti alguna tempestad. ¡Ten ánimo! ¡Déjate guiar y conducir por Él, y Él hará de tu vida algo verdaderamente maravilloso!

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24 mayo 2021

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