12 septiembre 2012

MARÍA Y SU DULCE NOMBRE




Si la mar que por el mundo se derrama
tuviera tanto amor como agua fría
se llamaría por amor María
y no tan sólo mar como se llama…”

“Si la llama que el viento desparrama,
por amor se quemara noche y día,
esta llama de amor se llamaría
María, simplemente, en vez de llama.”

“Pero ni el mar de amor inundaría
con sus aguas eternas otra cosa
que los ojos del ser que sufre y ama.”

“ni la llama de amor abrasaría
con su energía misericordiosa
sino el alma que llora cuando llama.”


Eduardo González Viaña

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