Al Apóstol Santiago confiamos la tarea de llevar la fe a tantas familias que han visto truncada la vida de sus seres queridos. A Él, corresponde un peregrinaje hacia los corazones de los que sufren el dolor, la desesperación y la tristeza. A Él pertenece este momento, en el que como hace más de dos mil años debe de repartir a todos la cercania de un Dios Bueno y Misericordioso.
Descansen en Paz
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