10 diciembre 2016

ASÍ FUE LA BAJADA DEL SEÑOR


A las 11 en punto las campanas de la ermita de la Virgen de la Estrella volteaban para despedir al Señor de la Humildad. Casi un mes ha estado el titular de la Cofradía del Miércoles Santo 
en el santuario dado que las inclemencias meteorológicas no permitieron su bajada 
en la Festividad de Cristo Rey.


El tan ansiado sol puso una luz diferente a la figura del Cristo de la Humildad, que habitualmente procesiona en horario nocturno, a ello había que sumar los colores de otoño, las imagenes que antes no se habían dado y los momentos que nunca fueron vividos. Un traslado sencillo y respetuoso en el que el cariño de los vecinos se hizo evidente en las colgaduras y macetas que adornaban el recorrido.


El Señor vestía su túnica roja con bordados del S.XIX, estrenada en la pasada Estación de Penitencia y como exorno floral portaba proteas, astilbe, coles moradas, clavel, margaritas rojas y eucalipto.


La Parroquia abría sus puertas y lo recibía con alegría en el día de la titular del templo, la Inmaculada Concepción. Una sencilla y cercana Eucaristía con alusión a la grandeza de María, a su disponibilidad a los planes de Dios, a la Humildad de la Madre que se entrega al proyecto del Padre para hacernos el mayor de los regalos: concebir al Dios que se hace hombre.


En la Acción de Gracias, la Hermandad agradeció a la Cofradía de la Estrella Coronada su acogida durante el tiempo que el Señor ha estado en el Santuario, así como a todas las personas e instituciones que han colaborado en estos actos religiosos que la Hermandad ha llevado a cabo.


Se culmina de este modo un proyecto fraguado hace meses con la alegría del trabajo bien hecho y con la ilusión de que haya servido para acercarnos más a Dios, a ser más fieles al Evangelio y a la Misericordia con los hermanos.

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