En el encuentro de febrero hemos reflexionado sobre la bondad, qué más da de donde llegue ese bien que levanta, que ayuda
a otra persona. Qué más da si viene de alguien cristiano-católico, protestante
o musulmán. Aprendamos a no juzgar tan
fácilmente, a no quedarnos con aquello que no tiene importancia. Fomentemos la bondad a los demás como práctica habitual que al final revierte en nosotros
mismos. Esa es la invitación que nos hace Jesús: "No se lo impidáis, porque uno
que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está
contra nosotros está a favor nuestro."
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