ENCUENTRO DE ORACIÓN DE MAYO 2020
TEXTO INTRODUCTORIO
Volvemos a celebrar la oración que cada último miércoles de mes nos reúne
al lado del Señor.
El COVID-19 ha hecho que aún sigamos confinados en nuestros hogares. Desde
ahí, la Oración es igual de efectiva y en estos momentos más necesaria aun. Y
además, no por esto debemos dejar de celebrar la Resurrección de Cristo y la
grandeza de su Madre María, en este mes en que la iglesia y el mundo la honra
como centro y modelo de Fe.
Ofrecemos esta Oración por todos los hermanos que han fallecido o están
enfermos a causa de la pandemia que padecemos.
Comencemos sin perder la actitud de silencio y reflexión en un momento de
intimidad en nuestras casas, os invitamos a compartirla en familia.
MÚSICA:
Contigo María. Athenas.
LECTURA DEL EVANGELIO
Lectura del Santo
Evangelio según San Juan (17,11-419):
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo:
«Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean
uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que
me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición,
para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo
para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del
mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino
que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al
mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí
mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad». Palabra del
Señor.
MÚSICA AMBIENTAL DE ORACIÓN
REFLEXIÓN
Vivimos en la alegría de la Pascua, que ya casi
finaliza, y hoy la figura de María será, como no podía ser de otra manera, la
protagonista en la oración de este mes de Mayo. Como vemos en la lectura, Jesús en oración,
interviene por la Humanidad ante el Padre. Y… podemos preguntarnos ¿no es este
el papel vital de María? ¿No es Ella nuestro espejo de santidad?
Toda la existencia de María es un himno a la
vida. Nuestro camino de fe está unido de manera indisoluble a María desde el
momento en que Jesús, muriendo en la cruz, nos la dio como Madre.
El Papa Francisco, en cada una de sus homilías
acerca de nuestra siempre Madre virginal, nos asegura que María mira a todos y
a cada uno de nosotros, como madre y con una gran ternura, misericordia y con
amor, y siempre nos anima a sentir su mirada amable.
En una oportunidad, nos indicó que “está huérfano
el cristiano que no tiene a María como madre”. Y es que el Santo Padre ya casi
no termina ninguno de sus discursos sin invocar el poderoso auxilio de nuestra
Señora y Reina de todos los cristianos
Y es que Ella es modelo toda vocación, no tuvo
miedo a decir su sí a la llamada del Señor, al encuentro divino de Dios con la
humanidad. Y es que Ella nos acompaña y nos guía, nos enseña el significado de
vivir en el Espíritu Santo y a saber acoger la novedad de Dios en nuestra vida.
El Papa Francisco nos acerca a María con estas
enseñanzas:
1.
Un cristiano sin la Virgen está huérfano. También un cristiano sin Iglesia es un huérfano. Un cristiano necesita
de estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: La Iglesia y la
Madre de Dios.
2.
La Virgen hace precisamente esto con nosotros, nos
ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la
tentación de ser hombres y cristianos de una manera superficial, sino a vivir
con responsabilidad, a tender cada vez más hacia lo alto.
3.
Es una madre que ayuda a los hijos a crecer y
quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza (que
también se deriva de un cierto bienestar) a no conformarse con una vida cómoda
que se contenta sólo con tener algunas cosas.
4.
María nos da la salud, es nuestra salud.
5.
Es la madre que cuida de los hijos para que
crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de
asumir compromisos en la vida, de tender hacia grandes ideales.
6.
María es madre y una madre se preocupa sobre todo
por la salud de sus hijos…. La Virgen custodia nuestra salud. ¿Qué quiere
decir esto? Pienso sobre todo en tres aspectos: nos ayuda a crecer, a afrontar
la vida, a ser libres.
7.
La Virgen María, por tanto educa a sus hijos
en el realismo y en la fortaleza ante los obstáculos, que son inherentes a
la vida misma y que ella misma padeció al participar de los sufrimientos de su
Hijo
8. Es una madre que lleva al hijo no siempre sobre el
camino “seguro”, porque de esta manera no puede crecer. Pero
tampoco solamente sobre el riesgo, porque es peligroso. Una madre sabe
equilibrar estas cosas. Una vida sin retos no existe y un chico o una chica que
no sepa afrontarlos poniéndose en juego ¡no tiene columna vertebral!
9. María lucha con
nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal.
10. María es la madre que
con paciencia y ternura nos lleva a Dios, para que desate los nudos de nuestra
alma.
11. María es la buena madre,
una buena madre no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda
también a tomar las decisiones definitivas con libertad.
12. Toda la existencia de
María es un himno a la vida, un himno de amor a la
vida: ha generado a Jesús en la carne y ha acompañado el nacimiento de la
Iglesia en el Calvario y en el Cenáculo.
Reflexión personal:
- ¿Entendemos el papel vital de María en la
Redención de Cristo?
- Más allá de nuestra veneración, ¿En qué
imitamos a la Virgen?
- ¿Somos valientes como su SÍ, sin dudas, sin
contraprestaciones?
-¿Potenciamos en nosotros
las virtudes de María: la sencillez, la disponibilidad, la ternura y la confianza?
MÚSICA:
Una madre no se cansa de esperar.
María, haznos sentir tu mirada de Madre, guíanos
a tu Hijo, haz que no seamos cristianos de escaparate, sino de los que saben
mancharse las manos para construir con tu Hijo Jesús su Reino de amor, de
alegría y de paz. Amén.
“Queridos hermanos: María es la madre que nos
dona la salud en el crecimiento, para afrontar y superar los problemas, en
hacernos libres para las opciones definitivas; la madre que nos enseña a ser
fecundos, a estar abiertos a la vida y a ser cada vez más fecundos en el bien,
en la alegría, en la esperanza, a no perder jamás la esperanza, a donar vida a
los demás, vida física y espiritual.
Nuestro camino de fe está unido de manera
indisoluble a María desde el momento en que Jesús, muriendo en la cruz, nos la
ha dado como Madre diciendo: «He ahí a tu madre»” (Jn 19,27).
PADRENUESTRO/GLORIA/AVEMARÍA
DESPEDIDA
No hay comentarios:
Publicar un comentario