Encuentro del Grupo de Oración. Enero 2024.
Volvemos a celebrar la oración que nos reúne al lado del Señor.
Comenzamos un nuevo año, terminada la Navidad se acaba el primer mes del año y lo hacemos con esta Oración en la que, además, celebramos seis años de reunión de este grupo.
En pocos días vendrá de nuevo la Cuaresma y mientras, en el que llamamos tiempo ordinario hemos vivido la celebración del Nacimiento de Mª Ana y las festividades que nos recuerdan la valentía y entrega de los primeros mártires de la Iglesia.
Por ello, hoy reflexionaremos sobre un bello texto que nos habla de la búsqueda del sentido de nuestra vida.
Ofrecemos esta oración por todos aquellos que se hayan en la búsqueda de ese sentido, de esa misión terrenal a la que estamos llamados. Por todos aquellos que se encuentran perdidos y ponen en Cristo su Esperanza.
Comencemos sin perder la actitud con la que siempre venimos aquí.
LECTURA:
Del Santo Evangelio según San Juan 14:6.
Si el hombre desea conocer el verdadero propósito de la vida, debe vivir
por algo que sea superior a sí mismo, y escuchar la voz del Salvador, diciendo:
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”.
Palabra de Dios.
MÚSICA:
Quiero servirte. Celinés.
https://www.youtube.com/watch?v=h0BYdnyFQIs
REFLEXIÓN: ¿Te has preguntado si Jesús buscaba sentido a la vida?
¿Qué sentido tiene la vida? Es una pregunta que me hago siempre y que cuestiono a Dios, si nos ama, ¿Para qué sufrir tanto? ¿Por qué tanta discordia? Cuestiono al mundo, a la persona que tengo al lado. Cuestiono a mis padres, ¿Por qué no darme más herramientas para vivir mi vida? Me cuestiono a mí, ¿Por qué no he aprendido ya lo que tengo que hacer?
Jesús, pudiendo vivir como Dios en ese Edén eterno, decidió venir a nuestro caótico mundo y ser Hombre. ¿Para qué? Si yo, siendo humano, quiero irme ya corriendo y me lo paso fantaseando con esa eternidad de gozo.
Cuando me doy cuenta de que el mismo Dios quiso venir acá, a este mundo, pienso que algo muy grande debe de haber encontrado. Dios sería un tonto si sufriera sin sentido.
Voy entendiendo que Jesús vino a enseñarme a tenerme paciencia, a tenerle paciencia a Dios y paciencia al mundo. Vino a mostrarme una vida de gozo, a pesar del dolor.
Él vino a enseñarme a que con vivir en la queja no consigue la paz ni la muerte más rápido. A cada día le basta su propio afán: si es pasar con los amigos y comer, si es trabajar, ir a estudiar, tener que aclarar temas con las autoridades, ir a acompañar a los que sufren, estar con la familia, caminar solo por el desierto y contemplar, hacer sentir a otros que Dios los ama incondicionalmente. Jesús me forma en lo cotidiano.
Pienso que Jesús compuso las parábolas por experiencia interna de lo que iba siendo la vida, su vida con nosotros. Me pregunto si cada reflexión la hacía también para encontrar consuelo de Dios, su Padre, en un camino que parecía muchas veces difícil, sin sentido, arduo, atemorizante, casi de huérfano.
Pero Jesús no se quedó en las confusiones, ni en la traición, ni en la soledad. Más bien logró encontrarles sentido en el corazón de Dios que nos habla en todas las cosas de la vida. Ese es el sentido de vivirla.
Treinta años necesita para Jesús evidenciar su misión y, cuando finalmente la muestra, mil obstáculos aparecen. Sabe que no será fácil. Algunos amigos lo abandonarán cuando todo sea más crítico, quienes lo juzguen serán nada menos que los mayores en la pirámide social y Él será un perseguido. Y aun así, nos dice: «Nadie me quita la vida, Yo la entrego».
Jesús caminó y su camino y Él se convirtió en el nuestro. Jesús no quiso acabar con todos los males, no quiso dejar satisfechos a todos, no quiso convencer a los opositores sobre el Reino para hacerse amigo de todos y vivir en una realidad perfecta. El respetó nuestra libertad y mostró el sentido del dolor.
¿Por qué no dejó el mundo perfecto? ¿Qué quiso demostrar? Jesús reta no sólo a los que vivieron en su tiempo, sino a todos, en todos los tiempos. La idea que tengo yo de vida plena, ¿es acabar con todos los obstáculos, dejar a todos felices con quien soy, hacer entender todo a todos? Tal vez eso no sería respetar el pensamiento y la libertad de cada uno. Tal vez eso no significaría amor.
Quizá la respuesta es vivir un día a la vez. «A cada día le basta su propio afán», encontrando lo que Dios me pide hoy, eso que me llena de amor y llena a otros de ese amor. Aquello que dejará fruto y podrá traer, aunque sea un poco de luz, amor y provecho al mundo que hoy me toca, aunque sea en un pueblito desconocido, oprimido por un reino, en las periferias del mundo, sin mucho éxito con los grandes del entorno, haciendo lo que hoy más deja sentir que Dios está aquí.
MÚSICA:
El valor de seguir adelante. Laura Pausini
https://www.youtube.com/watch?v=f6TgfEdIvPY
ORACIÓN FINAL: Canto de David
Repetimos: Guárdame, Dios mío, pues me refugio en ti.
Yo digo al Señor: "Tú eres mi Señor, mi bien sólo está en ti".
- Ellos, en cambio, veneran a los dioses que hay aquí en la tierra, malditos los que en ellos se complacen.
- Los que corren tras ellos aumentan sus desgracias. Yo jamás tendré parte en sus cruentos sacrificios, mis labios no pronunciarán jamás su nombre.
- Señor, tú eres mi copa y mi porción de herencia, tú eres quien mi suerte garantiza.
- Me han caído las cuerdas en la tierra más fértil, me encanta la heredad que me ha tocado.
- Yo bendigo al Señor, que me aconseja, hasta de noche mi conciencia, me advierte; tengo siempre al Señor en mi presencia, lo tengo a mi derecha y así nunca tropiezo.
- Por eso se alegra mi corazón, se gozan mis entrañas, todo mi ser descansa bien seguro, pues tú no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo fiel baje a la tumba.
- Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.
PADRENUESTRO, AVEMARÍA Y GLORIA