ENCUENTRO DE ORACIÓN DE FEBRERO DE 2024
TEXTO INTRODUCTORIO
Hoy hemos vuelto a celebrar la oración que nos reúne al lado del Señor.
Inmersos ya en el tiempo de Cuaresma, tras celebrar la Presentación de Jesús en el templo y otras festividades importantes, reflexionaremos hoy sobre nuestras actitudes y forma de ver al prójimo con una bella historia que lleva por título “La carpintería”.
Ofrecemos esta oración por todos aquellos que viven emitiendo críticas y juicios sin prestar atención a lo importante y especial de cada persona. Para que mejoremos, entendamos y seamos capaces de analizarnos y mejorar la forma en que miramos a los demás.
LECTURA: Santo Evangelio
según San Mateo 20, 17-28
En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó: «¿Qué deseas?».
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron: «Podemos».
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a
dar su vida en rescate por muchos».
MÚSICA:
Háblame.
https://www.youtube.com/watch?v=qXYNK1EM5Ak
REFLEXIÓN: “La carpintería”
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una
reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la
presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa?
¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el
tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también su culpa, pero a su vez pidió la
expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía
fricciones con todos los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo: “Me voy, pero siempre y cuando sea echado
fuera la cinta métrica, pues siempre se la pasa midiendo a todos los demás
según su medida, como si fuera el único perfecto”.
Otros acusaban al serrucho por lastimarles tanto. En fin, que la
carpintería era un caos. Todos se acusaban de diversos “defectos” al notarse
tan diferentes unos de otros.
En eso entró el carpintero y todos se callaron. El buen hombre se puso el
delantal e inició su trabajo. Primero tomó la cinta métrica y comenzó a medir
unos tablones de madera y a marcarlos con un lápiz. Utilizó el serrucho para
hacer las tablas precisas. Luego las unió con tornillos y se ayudó del
martillo. Por último, les dio un acabado perfecto y liso con la lija. Así fue
que la tosca
madera inicial se había convertido en una linda y útil mesa para comer. El
carpintero entonces se fue a su casa con su familia.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la
deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
"Señores, óiganme todos. Ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero
el carpintero trabaja con nuestras cualidades, no con nuestros defectos. Eso es
lo que nos hace muy valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y
concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos".
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía
y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas, el serrucho
permitía moldear la madera y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se
sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
PREGUNTAS REFLEXIÓN:
- ¿Qué herramienta te parece más necesaria de todas ellas?
- ¿Con qué utensilio te identificas tú?
- ¿Estamos pendientes de los defectos de los demás emitiendo juicios en vez
de valorar lo positivo del otro?
- ¿Reconoces lo que sucede en la carpintería, ocurre en el trabajo, en las
relaciones, etc.?
- ¿Cómo cada una de las herramientas, nos ponemos al servicio del
carpintero?
- ¿Esta historia demuestra que la unidad es la que hace la fuerza?
- ¿Quién es el que hace posible esa unión? ¿Reconocemos en el carpintero a
un Dios que nos ama como somos, que sabe nuestras flaquezas, pero se vale de
todos los dones que tenemos?
MÚSICA:
Me has seducido Señor. Hermana Glenda.
https://www.youtube.com/watch?v=P_uBTQIpznA
ORACIÓN FINAL:
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos
de oración que terminan quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de
darme más cuenta de que tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido
morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la misa ese
sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas:
¡Tuyo soy, para ti nací! ¿Qué quieres, ¿Señor, de mí?
Amén.
PADRENUESTRO/AVE MARÍA/ GLORIA
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