Ni la lluvia, ni el viento, ni ninguna inclemencia podrá hacer que no te acompañemos en la noche en que eres traicionado, entregado y malherido.
No dejes de repetirnos que en la Humildad está el camino hacía la vida eterna. No apartes Señor tu mirada... que nos alienta a seguir adelante. No apartes Señor tu mirada a este pueblo que sabe que en tus ojos esta la dulzura de un Dios que nos ama por encima de todas las cosas.
¡Feliz y sentido Miércoles Santo!
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