25 septiembre 2024

RESURRECCIÓN

ENCUENTRO DE ORACIÓN DE SEPTIEMBRE DE 2024

(Oración ofrecida por el alma de nuestro hermano Diego Barbado Calleja)

TEXTO INTRODUCTORIO

Compartimos la oración que nos reúne al lado del Señor.

Termina el mes de septiembre habiendo celebrado los días grandes en honor a nuestra patrona, nuestra Señora de la Estrella Coronada, y festividades como la Exaltación de la Cruz o de la Virgen de los Dolores, volvemos a los quehaceres diarios de trabajo, familia, en definitiva, un tiempo más apropiado para el recogimiento.

Hoy teníamos prevista una oración muy diferente, pero hace tan solo un par de días fallecía de manera repentina un chaval, Diego Barbado Calleja, costalero de nuestro Señor. Por ello, hemos creído oportuno reflexionar sobre la importancia de la vida y de la fe en un Dios que todo lo puede, a través de una reflexión del Padre Nicolás Schwizer.

Ofrecemos esta oración por su alma y la de todos aquellos que han marchado jóvenes a la presencia del Padre. Por su familia, y por todos los que por nuestra condición humana no alcanzamos a entender los planes de Dios, pero si debemos en estos momentos aumentar nuestra fe con la fuerza del Espíritu Santo.

Comencemos sin perder la actitud con la que siempre venimos aquí.


MÚSICA: La muerte no es el final. Coro Cantaré.

https://www.youtube.com/watch?v=NBAXYoCCI4g


LECTURAS: Lectura Santo Evangelio según San Lucas 7, (11-17):

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: "No llores". Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: "Joven, yo te lo ordeno, levántate". El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo". El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:

- Acabamos de escuchar uno de los milagros de Jesús que transformó la vida de los que lo presenciaron: no tuvieron más remedio que creer. Para ellos todo cambió. La vida no era la misma: la muerte podía ser un hecho discutible. Tenían que admitir la presencia de otro mundo que podía en cualquier momento irrumpir en el nuestro. Habían perdido toda su seguridad razonable, las condiciones normales de su vida.


- Los milagros del tiempo de Cristo eran pruebas y demostraciones de fe. ¿Y qué son para nosotros? Creemos en ellos por obligación, porque tenemos fe. Pero no son ellos los que nos dan la fe. ¿Cómo vamos a creer que estas cosas son posibles? ¿Cómo es que ahora ya no se producen? ¿Ante un muerto, quién de nosotros cree en la resurrección, en la posibilidad de un milagro como el del hijo de la viuda de Naím? Quizás no tengamos más que la fe poco entusiasta de Marta, la hermana de Lázaro que dijo: Sí, Señor, ya sé que resucitaré el último día.

 

- Sin embargo, Cristo no ha hecho este milagro para trastornar las leyes naturales y suprimir en este mundo la muerte. Cristo quiere enseñarnos que Él es el Señor, el dueño de la vida, y que cuantos se ponen en sus manos, vivirán. La resurrección del hijo de la viuda de Naím no es la resurrección que se nos ha prometido a todos. No es una resurrección satisfactoria, ya que no es definitiva y en nada cambia la condición humana. Pero es el signo de la presencia y del poder del Señor. Realmente, el plan de Dios no es suprimir en este mundo la muerte. No se trata de hacer que nuestros muertos tengan que volver a esta vida terrenal.


- Existen otras restricciones mejores y mucho más bellas que las restricciones corporales. Lo que hemos de pedir para los demás y para nosotros mismos, son esas restricciones espirituales: que Dios nos dé su vida, que Dios nos devuelva la vida, que nosotros vivamos de verdad, la vida de Dios. A cada uno de nosotros nos dice Jesús, en el Evangelio que hemos leído: ¡Joven, a ti te lo digo, levántate!


Todos nosotros estamos muertos de alguna zona de nosotros mismos: somos inertes, indiferentes, fríos, estamos muertos a una fe viva, a una esperanza alegre, a un amor activo y generoso. O nos cuesta comprometernos, entregarnos, renunciar a algo.

 

Tendríamos que preguntarnos: ¿En qué parte o zona de nosotros mismos estamos espiritualmente muertos y necesitamos renunciar? Pienso que existen partes de nuestro ser a las que no descendemos nunca, por miedo al espectáculo que tendríamos que presenciar, a la desesperación que se apoderaría de nosotros.

 

Sí, también las almas pueden morir, en cierto modo. Y el peor de los cadáveres resulta menos hediondo que algunas descomposiciones espirituales.

 

-Porque Dios es capaz de resucitar a los muertos, incluso a aquellos muertos que se creen vivos. Y la resurrección que Dios es capaz de obrar en nosotros, es una resurrección constante e inmediata: es capaz de cambiarnos.

 

La fe consiste en creer que Dios puede hacer de cada uno de nosotros un hombre nuevo, un ser nuevo algo así como un niño recién nacido.


MÚSICA: La Esperanza de María. (Durante la Oración)

https://www.youtube.com/watch?v=DALVq-thPJc


ORACIÓN FINAL: Oración por Diego.

Señor de todo consuelo que con tu infinito amor y misericordia por nosotros transformas la oscuridad de la muerte en un amanecer de nueva vida. Ten compasión de esta familia que sufre y de todos los que han compartido la vida de Diego.

Sé tú, Señor, nuestro refugio; danos la paciencia y la templanza en estos momentos, y que, con el tiempo, seamos capaces de levantarnos de esta pena tan oscura hacia la paz y la luz de tu presencia.

Aprendamos los que aún estamos aquí a aprovechar la vida, a amar y a darnos a los demás.

Señor de la Humildad, Tú que al morir por nosotros venciste a la muerte y resucitaste a la vida, acoge en tus brazos a tu hijo Diego y llénalo de esa vida eterna que solo tú puedes dar.

Él se hizo pies en tu peregrinar el Miércoles Santo, ahora tú llévalo a la Casa del Padre, no apartes de él Tu dulce mirada hasta que después de nuestra vida aquí en la tierra, volvamos a reunirnos con él en tu cielo, donde no habrá lágrimas porque Diego ya ha Resucitado y nos llama a vivir la vida.


Dani Martin. ¡Qué Bonita la Vida!

https://www.youtube.com/watch?v=XBuYmneAQ28


PADRE NUESTRO/AVE MARÍA/ GLORIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario