Encuentro del Grupo de Oración de Agosto de 2025
Este mes hemos vivido entre otras festividades del Perdón de Asís, Santa Clara, la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen, el Santo Peregrino Franciscano, San Roque y hace pocos días, la festividad de San Bartolomé, cotitular de nuestra Hermandad.
Pero para la oración de hoy nos remitiremos a uno de los evangelios más duros y directos, a la Palabra de Dios clara e hiriente, que llama a la conversión, a la necesidad de no quedarse con la apariencia, con lo externo…. lo que importa es el interior, el corazón y la conciencia limpia.
Comencemos sin perder la actitud de silencio con la que siempre venimos aquí.
LECTURA DEL EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (23,27-32):
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»
Palabra del Señor.
MÚSICA AMBIENTAL DE ORACIÓN
REFLEXIÓN: Sepulcros blanqueados.
La expresión sepulcros blanqueados es una metáfora que emplea Jesús en el Evangelio de San Mateo para comparar a los fariseos con sepulcros blanqueados, relucientes por fuera, pero llenos de podredumbre repugnante y vomitiva en su interior. Esta metáfora y sus variantes, como blanquear sepulcros, blanqueador de sepulcros, etc. se sigue empleando para tachar a alguien de hipócrita, farsante, fariseo, inconsecuente con sus ideas, alguien que predica agua y bebe vino. Sepulcro blanqueado es sinónimo de ocultamiento de la corrupción.
Jesús fustiga el pecado de hipocresía. Aparentar por fuera lo que no se es por dentro, como había condenado los árboles que sólo tienen apariencia y no dan fruto. Jesús desautoriza a las personas que cuidan su buena opinión ante los demás, pero dentro están llenos de maldad. Personas que de palabra se distancian de los actos de corrupción, pero en realidad la siguen practicando en cuanto se les presenta la ocasión.
Una de las cosas que más aborrece y condena el Señor, es la hipocresía y el disimulo. Sobre todo en aquellos que nos consideramos sus discípulos.
Porque, ¿Qué es un hipócrita sino aquél que se comporta de manera contraria a lo que piensa, fingiendo ser algo que no es?
Por eso, se dirige el Señor de manera tan dura a escribas y fariseos, que al conocer los unos como los otros La Palabra de Dios y creyendo vivir a los ojos de los demás, conforme a ella, sus hechos declaraban lo contrario.
De ahí que el Señor recomendara que todo lo que dijeran y enseñaran, escribas y fariseos, se guardara e hiciera, pero que se tuvieran en cuenta sus obras, (sus vidas) para no hacer lo que ellos hacían
Sepulcros blanqueados, que son las palabras que utilizó el Señor Jesús para definir a los escribas y a los fariseos, por si de alguna manera pudiéramos aplicárnoslas nosotros, los que trabajamos para el Señor, porque al igual que ellos, somos o nos consideramos catedráticos de la Palabra, diciendo y enseñando lo que se debe o no se debe hacer, pero que en ocasiones, en muchas, no nos aplicamos a nosotros mismos, lo que decimos y enseñamos.
Disimulando (aunque no todos) lo “que se cuece en nuestro interior”, sin ser capaces de abrir nuestro corazón ante nadie, para que nuestra” blanca imagen” no quede en entredicho. Añadiendo carga sobre carga y pesar sobre pesar.
Sería bueno, tal vez, recordar aquello de, médico cúrate a ti mismo, porque los que hemos sido llamados por el Señor, deberíamos ser los primeros en vivir sin disimulos, con transparencia, sin temor al qué dirán, viviendo y practicando todo aquello que predicamos, porque incluso a los que se les llamó sepulcros blanqueados, al reconocer su error, llegaron a ser verdaderos discípulos de Jesucristo. Tal como le aconteció a Nicodemo, hombre principal y fariseo, y a Pablo, fariseo de fariseos que persiguió con mucho celo, a la iglesia de Jesucristo, convirtiéndose de perseguidor en perseguido.
Sepulcro blanqueado, es sinónimo de apariencia de vida donde no la hay, de querer adornar y disimular todo lo que deberíamos haber desechado y no lo hemos hecho. Y que no se ha desechado (los que lo tengan) por no querer perder el “status” del que se disfruta, por miedo al qué dirán o qué pensarán de nosotros, cuando verdaderamente lo que nos tendría que preocupar es lo que piense y diga de nosotros el Señor Jesucristo.
Porque lo que dejó dicho el Señor Jesucristo, sobre que fueran a él todos los cargados y trabajados para darles descanso, no era sólo para “las ovejas” o para los perdidos, sino que era para todos los que lo necesitaran… ya fueran apóstoles, profetas, evangelistas, pastores o maestros.
En caso contrario, si se está cargado, la carga se hará cada vez más pesada, sobre todo para “los ministros” al tener que presumir o aparentar lo que no se tiene.
REFLEXIÓN PERSONAL:
- ¿Somos conscientes de que hemos sido y somos sepulcros blanqueados en muchos momentos de nuestra vida?
- ¿Vivimos de la apariencia y siempre pendientes del qué dirán de nosotros?
- ¿Vivimos lo que proclamamos? ¿Podemos ser ejemplo de cristianos?
- ¿Aparentamos, mentimos y disfrutamos haciendo juicios de los demás?
- ¿Nos acercamos a Jesús como Pastor que es capaz de aliviarnos de nuestras cargas, de nuestros miedos, de nuestro egoísmo e hipocresía?
ORACIÓN DE SANACIÓN
Dios mío, ven y toca mi corazón e inflámalo con la fuerza de tu amor.
Quiero aprender a decir NO a esas situaciones complicadas que me llenan de angustia y turban mi alma dejando que el miedo entre a mi vida.
Solo Tú puedes guiar a mi corazón capacitándome con grandes talentos para seguir adelante y reflejar el rostro de tu compasión habitando dentro de mí.
Invoco tu Santo Espíritu para que me ayude a pensar lo que digo, hacer lo que me propongo, obrar según tu voluntad. Gracias por tu amor. Amén
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. (Salmos, 84:5)
PADRENUESTRO/GLORIA/AVEMARÍA
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