ENCUENTRO DE ORACIÓN DE SEPTIEMBRE DE 2025
Termina septiembre, y volvemos a las plantas del Señor Humilde a llenarnos de la paz y el amor de Dios hecho hombre.
Tras el verano, hemos reanudado nuestras rutinas y nuestros trabajos. Cerramos el mes habiendo disfrutado de fiestas patronales en Honor a Ntra. Sra. de la Estrella Coronada, la Exaltación de la Cruz, la Virgen de los Dolores y entre otros acontecimientos, la Canonización del Carlo Acutis; enamorado de la Eucaristía y de la figura de nuestro Padre Francisco.
Hoy, un cuento de Edgar Martínez nos hará reflexionar sobre la Fe y el papel que ocupa en nuestras vidas.
Ofrecemos esta oración por todos aquellos que han perdido la fe, que ansían creer en un Dios bueno y misericordioso. La ofrecemos por todos los que están sumidos en la preocupación, que se sienten agotados, que no tienen fuerzas para seguir adelante. Aquellos que están perdidos para que el Señor de la Humildad los alimente en una Fe fiel e inquebrantable.
Comencemos sin perder la actitud con la que siempre venimos aquí.
LECTURA: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 17,5-10.
En aquel tiempo, los Apóstoles dijeron al Señor:
-Auméntanos la fe.
El Señor contestó:
-Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
«Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor, cuando
vuelve del campo, ¿Quién de vosotros le dice: «En seguida, ¿ven y ponte a la
mesa?»
¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo;
y después comerás y beberás tú?» ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque
ha hecho lo mandado?
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos
pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.»
Palabra de Dios.
MÚSICA: Si No Fuera Por Jesús. Sebastián Yatra/ Karol G -
https://www.youtube.com/watch?v=bwbhWC1RK0c
REFLEXIÓN: El salvavidas de la Fe. Edgar Martínez
«La profesora de primaria del pequeño Roberto les mandó una tarea: “investigar qué es la fe en Dios”. Intrigado, de regreso a casa le preguntó a su tío “¿Qué es la fe en Dios? Son los deberes que tengo que hacer en la escuela”. Con una amplia sonrisa, su tío le respondió: “¿De verdad quieres saber lo que es la fe en Dios?”. “Si”, respondió Roberto. Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré. Roberto vivía en las paradisíacas playas de Cancún.
Una vez que llegaron, le entregó el chaleco salvavidas y unas aletas. “Pero yo no se nadar” dijo Roberto. “Lo se”, le dijo el tío, “póntelo de todas maneras”. Lo hizo. “Ahora, comienza a caminar hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no tocan tierra. Déjate ir y arrójate de espaldas. No te hundirás, ya que el chaleco te hará flotar”. Roberto estaba aterrado “No tío, no quiero”. “¡Hazlo!” Le respondió “Estaré junto a ti para que no temas. Así que tranquilo”.
Roberto confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. Pero recordó las palabras de su tío, aparte de que lo tenía cerca. En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no tocaba tierra! Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco. Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz. Ambos salieron del mar.
Camino a casa, su tío le explico: “En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando te adentres en el mar de la vida y sientas que la lógica no puede ayudarte a salir a flote de tus problemas, hasta perder el piso, debes creer que el chaleco de la fe te salvará. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a dar el primer paso de confiar en Él, vistiéndote el chaleco de la fe y arrojándote con Él, para que puedas flotar en el mar de la vida con total paz y tranquilidad”.
Roberto quedó maravillado con la explicación de su tío y le dio las gracias. Cabe mencionar que la maestra quedó impresionada con la tarea y sacó la nota más alta de la clase.»
Reflexión:
La fe en Dios es
parecida a lo que nos cuenta este relato. En muchas ocasiones debemos fiarnos
de su Palabra para seguir avanzando en el mar de la vida. Muchas veces,
centrados en lo que tenemos entre manos, no nos damos cuenta de que él está
sacando lo mejor de nosotros mismos, pero dejando que seamos protagonistas de
nuestra vida, no haciendo nada de lo que tenemos que hacer y descubrir por
nosotros mismos.
Dios es así. Está, pero
no quiere protagonismos. Creer en él pasa por el camino de creer en ti mismo,
que eres su mejor creación… Aunque en ocasiones parezca que no está, siempre
está… Esta fue la experiencia de Israel, que el profeta Isaías ponía por escrito:
Lectura Bíblica: Lectura
del Profeta Isaías (Is 49, 15-16)
«¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré. Mira, en mis palmas llevo tatuado tu nombre». Palabra del Señor.
MÚSICA: Creeré. Tercer Cielo.
https://www.youtube.com/watch?v=-5dmC-WZT8s&list=RD-5dmC-WZT8s&start_radio=1
ORACIÓN FINAL: Oración para pedir la Fe.
Señor, creo; quiero creer en ti.
Señor, haz que mi fe sea plena, sin reservas, y que penetre mi pensamiento y mi modo de juzgar las cosas divinas y las humanas.
Señor, haz que mi fe sea libre, es decir, que cuente con la aportación personal de mi adhesión, que acepte las renuncias y los deberes que comporta, y que exprese lo más granado de mi personalidad. Creo en ti, Señor.
Señor, haz que mi fe sea segura: segura por una coherencia externa de las pruebas y por un testimonio interior del Espíritu Santo; segura por una luz que da certeza; por una conclusión pacificadora; por una asimilación que da descanso.
Señor, haz que mi fe sea fuerte, que no tema las contrariedades de los problemas, a fin de que sea plena la experiencia de nuestra vida ávida de luz; que no tema las adversidades de quienes la discuten, la impugnan, la rechazan o la niegan, sino que se fortalezca por la experiencia íntima de tu verdad, resista al esfuerzo de la crítica, se consolide mediante la afirmación continua que supera las dificultades dialécticas y espirituales en medio de las cuales transcurre nuestra existencia temporal.
Señor, haz que mi fe sea gozosa, que dé paz y regocijo a mi espíritu y lo disponga para la oración con Dios y para la conversación con los hombres; de modo que irradie en el coloquio sagrado y profano la felicidad interior de su posición bienaventurada.
Señor, haz que mi fe sea laboriosa y que dé a la caridad las razones de su expansión moral, de modo que sea una auténtica amistad contigo y que, en las obras y en los sufrimientos, a la espera de la revelación final, sea una continua búsqueda de ti, un testimonio continuo de esperanza.
Señor, haz que mi fe sea humilde y que no tenga la presunción de fundarse en la experiencia de mi pensamiento y de mi sentimiento; sino que se rinda ante el testimonio del Espíritu Santo; y que no tenga mejor garantía que la docilidad a la tradición y a la autoridad del magisterio de la santa Iglesia. Amén.
PADRE NUESTRO/AVE MARÍA/ GLORIA
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