No hay palabras, ni adjetivos que puedan mostrar el inmenso agradecimiento a quienes pusieron su granito de arena para el día histórico que nuestra Hermandad y nuestra localidad vivió ayer.
Y es que podemos decir que la Solemnidad de Cristo Rey del Universo fue vivida de manera intensa en torno a un Señor del Miércoles Santo que, si en cualquier día nos inspira la dulzura de Jesús, en la Santa Misión, ha refulgido como sol radiante en los corazones de los que han disfrutado de su presencia en las calles.
El repicar de campanas anunciaba la salida del cortejo formado por Cruz Parroquial, Hermanos Mayores de otros años invitados a ser Hermanos de Luz, Insignias de la Hermandad, representación de la homónima de Montoro, Hermanos Mayores, Madres Religiosas de la Divina Pastora, especialmente representada por Madre Isabel Martínez, Miembro del Consejo General de la Congregación y Coordinadora General (Región Europa), Rvdo. Jeremías Abumwami, Interventor Parroquial, alcalde y cuerpo de acólitos.
El Señor portaba la túnica Franciscana; que representa el Cántico de las Criaturas y las Reliquias de la Beata Mª Ana Mogas en el pecho. En las esquinas, arbóreos del paso de misterio y una ornamentación muy original a base de eucalipto, ranúnculos y brassicas blancas.
La intervención musical corrió a cargo de la AM. Ntro. Padre Jesús Nazareno “La Madrugá”, a ella, queremos manifestar nuestro más sincero agradecimiento por su cercanía y cariño.
El Señor se encaminó en un recorrido decorado con guirnaldas blancas y lemas sobre banderas de España alusivos a Cristo y al espíritu franciscano de la Hermandad. Mas tarde, se adentró en la estrecha calle Martillo y la travesía Monterreal, decorada con gallardetes con el escudo de la cofradía y lema HVMILITAS OCCIDT SUPERBIAN “La humildad mata el orgullo”. Tras el parque del Árbol del Amor, llegó a la Residencia de Mayores con la marcha “Cerca de Ti, Señor”.
Allí las lágrimas y la fe afloraron en los mayores y en todos los presentes. La cuadrilla de hermanos costaleros, así como devotos portadores, acercaron al Jesús de la “Dulce Mirada” a las plantas de nuestros abuelos y abuelas que esperaron al Cristo en el patio de la entrada. Muy emocionados participaron de una oración sencilla. Los niños de la hermandad, vestidos con túnica y roquete, entregaron a todos los residentes un portarretratos con la imagen del Señor. El Hermano Mayor, D. Santiago Orozco Castro, hizo entrega a los responsables de la Residencia un cuadro con la imagen de nuestro Titular, como recuerdo de esta visita, y como agradecimiento por el esfuerzo y trabajo realizado tanto con los mayores, como en la decoración.
El día fue a más, y con el corazón encogido el cortejo se adentró en Góngora. Los vecinos hechos una piña, habían preparado una decoración muy elegante; tras la entrada, con logotipo del Jubileo y hojas de palma, la calle estuvo recorrida a base de telas blancas que ondeaban entre los naranjos. Tres altares, muy simbólicos y un sol que marcó contraluces del Señor difíciles de olvidar.
La calle Matías Prats recibió al Cristo con una hermosa alfombra de serrín de colores y guirnaldas de flores. Al final de esta un imponente altar con la Dolorosa de Lucas Martínez de la Rosa y Mª Ángeles Soto. Jesús de la Humildad, como en el camino de la cruz, no pudo resistirse a ver la belleza de su Madre y se encaró ante Ella para rezar un emocionante Ave María con la multitud allí presente.
En el intervalo, de Pedro Bueno, el Cristo recibió una “petalá” entre las voces de los niños que emocionados gritaban vivas al Señor.
Ya el público había llenado la amplia calle María Auxiliadora y había podido contemplar el altar efímero instalado para la Eucaristía. Sobre fondo gránate entre guirnaldas de lentisco y eucalipto podía leerse el lema del Jubileo de esta Hermandad, "Sed sencillos y Humildes de Corazón".
El Señor antes de situarse en el altar, fue encarado con los sones de “la saeta” en la casa de nuestro querido y añorado hermano Rafael. La Santa Misa comenzó con una sorprendente interpretación de Góspel que aportó más si cabe la espiritualidad a un día lleno de emociones.
En la Eucaristía se nos invitó a ser Humildes para aceptar nuestras miserias y ponerlas en las manos de Cristo. La colecta se destino a Fondesol Perú de las FMMDP.
Para finalizar, los niños y las niñas del Colegio Divina Pastora hicieron los coros a un alegre “Oh¡ happy day” interpretado por Esther, Ezequiel y Manuel, a los que agradecemos sus voces y su calidad humana en la intervención realizada en la Santa Misa.
Acabada esta, el Señor atravesó la inmensa alfombra de serrín con el escudo de la Hermandad y el logotipo de la Santa Misión, solo abandonada para recibir “petalás” en las casas vecinales que expresaron así su devoción.
Después, se dirigió a la Parroquia por Cruz de los Mocitos, con otro de los altares y una blanca calle Eduardo Lope engalanada con las colgaduras de la Santa Misión. Allí también los vecinos manifestaron su cariño con “petalás” y el montaje de otro altar. Durante todo el recorrido fueron muchos los que adornaron sus balcones y puertas con colchas.
A las dos de la tarde hizo su entrada en la Parroquia entre aplausos y la alegría de una Hermandad feliz por llevar la Esperanza a los más necesitados y por compartir la Eucaristía en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Posteriormente, se realizó la convivencia en la que pudimos compartir y disfrutar de la compañía de los hermanos.
La Franciscana Hermandad de la Humildad en este día que cierra majestuosamente el Jubileo de las Hermandades de Villa del Río a los barrios de nuestra localidad, quiere agradecer eternamente A TODOS LOS VECINOS Y FAMILIAS su aportación inmensa; a los que han adornado, colaborado y han entendido y sentido el mensaje de esta misión, a cuantos han puesto su tiempo y su dinero para que las calles lucieran como nunca. A los encargados de la Residencia de Mayores y familiares, a Toñi Mantas Molleja, Leo y Paqui Moreno, por la costura de las colgaduras y a Gabri y M. Leo, por cedernos el local para la convivencia.
Gracias a la cuadrilla de costaleros, capataces y devotos, que han llevado al Cristo con el amor de siempre, al cuerpo de acólitos y hermanos que han formado el cortejo. Gracias de nuevo a la AM. “La Madrugá”. Gracias al Coro Divina Pastora, y especialmente a su profesora, Mamen Córdoba. Gracias a nuestros ya siempre amigos: Esther, Ezequiel, y Manuel que nos han elevado con su música góspel.
Por último, a las Franciscanas, a D. Jeremías y a D. Manuel, a la Parroquia en general, especialmente a la Hermandad de la Magdalena y a aquellas que han colaborado en la organización de la Eucaristía; San Juan y Oración en el Huerto.
Gracias a los miembros de la Junta de Gobierno que han trabajado hasta la extenuación para que todo estuviese a punto. Gracias a Protección Civil, Policía Local e Ilmo. Ayuntamiento de Villa del Río.
¡Que el Señor de la Humildad os premie y os bendiga a todos y que sigamos siendo peregrinos de Esperanza más allá de este año jubilar!






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