29 enero 2020

¿HEMOS CAÍDO EN LA RUTINA RELIGIOSA?


En el Encuentro de la Oración de esta noche hemos reflexionado sobre la "Rutina religiosa" y la profundidad de nuestra Fe. 

Basándonos en el Evangelio en el que diez leprosos gritan y piden a Jesús compasión. Este los manda presentarse a los sacerdotes y en el camino quedan purificados. Solo uno de ellos, el extranjero, al comprobar que estaba curado, volvió a dar las gracias a Jesús. Los otros nueve no,  y Jesús pregunta ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios?. Y agregó: Levántate y vete, tu fe te ha salvado".

"Lo que nos llama la atención en el relato -y que el mismo Jesús señala- es lo contradictorio de la conclusión: los que más cerca están de Dios, de la Biblia y de las sagradas tradiciones son los más ciegos a la hora de ver lo nuevo del mensaje de Dios y los más reacios a llegar a un verdadero cambio de vida.

Su fe fácil se ha transformado en un auténtico "acostumbramiento" o rutina religiosa bajo la cual muere el espíritu, muere la búsqueda y cesa todo crecimiento. La cercanía constante de lo sagrado termina por hacerlos sentirse dueños de lo sagrado, manoseando y prostituyendo lo religioso, de tal forma que termina por perder todo sentido o sabor.

Detrás de las formas y fachadas religiosas se va produciendo aquel vacío que esteriliza la vida y que transforma a las comunidades en sombras del pasado o restos puramente folclóricos.

Al cabo del tiempo todo pierde sabor y sentido: los sacramentos -sobre los cuales se estudian hasta los más ínfimos detalles- se reciben como aquellos leprosos recibieron la curación: como un puro trámite social, como un simple lavado externo. Pero internamente nada ha cambiado. No hay en ellos esa fe que salva, esa fe difícil que es rendirse ante Dios para seguir su camino, el nuevo camino de Jesucristo.

El acto de comulgar no es más que un recibir la hostia con la idea de que algún extraño poder sagrado obrará un efecto especial llamado gracia. Pero, minutos después o quizá segundos, todo sigue su eterna rutina. Termina la misa y termina todo...

Aunque parezca contradictorio, la rutina y la superficialidad se enseñorean de los que más se ufanan de su vida religiosa o cristiana: sacerdotes, obispos, cardenales, religiosos, laicos piadosos, etc., difícilmente pueden evitar el sopor religioso que no sólo los invalida como hombres o mujeres de fe, sino que los socava en su misma dinámica existencial.

Embadurnados de palabras, rezos, cantos, ritos y lecturas religiosas, pierden la perspectiva fundamental: el constante retorno a Jesucristo y el reavivar permanente de esa fe difícil que consiste en ahondar cada día en uno mismo, en purificar actitudes, en desechar la hojarasca hasta llegar al meollo de la fe: un corazón libre y sincero.

Estamos llamados a liberarnos en nombre de Cristo tanto de la Ley como del culto, como asimismo de las tradiciones y normas inveteradas para no caer nuevamente bajo un yugo intolerable.

No hace falta demasiada imaginación para darnos cuenta de que esos nueve leprosos reflejan muy bien el estilo religioso de nuestros países llamados cristianos y de muchas de nuestras instituciones calificadas de religiosas o apostólicas. Es tal el poder inflacionario de lo religioso, que llega un momento en que nada mueve la atención, nada es vivido en profundidad, nada tiene valor ni impulsa a una praxis de renovación.

Tenemos inmensas catedrales y multitud de templos, infinidad de instituciones religiosas de todo tipo, documentos y libros religiosos de todo estilo y tamaño; se multiplican los actos de culto, las devociones, los congresos, concilios y sínodos; se hacen ediciones a millones de Biblias y libros religiosos... y, como sucedió con aquellos nueve, todo se recibe con santa indiferencia, como una lluvia que resbala mansamente sobre nuestros paraguas bien abiertos. Es una religión perfectamente cosificada y codificada: todo se hace según horarios y tradiciones estipuladas; todo viene pensado y dirigido desde arriba y se ejecuta mecánicamente, como si el solo hecho de hacer cosas piadosas fuese suficiente para crecer y madurar en la fe; como si no quedara lugar para el esfuerzo personal, para la iniciativa, para la revisión o la crítica.

Hemos llegado a un punto de "impermeabilización religiosa" precisamente los que nos decimos cristianos y personas religiosas... Por eso, este relato evangélico es una severa y alarmante llamada de atención: cuidado con esa gracia de Dios que pasa como la lluvia torrencial que muere a los pocos segundos en las cunetas o grietas de la tierra.

O como decíamos: basta un poquito de fe auténtica -como la de ese leproso samaritano- para que las cosas cambien. Poca y sentida; poca y sincera."

26 enero 2020

25 enero 2020

19 enero 2020

18 enero 2020

13 enero 2020

11 enero 2020

10 enero 2020

06 enero 2020

¡UN BELÉN DE ALTOS VUELOS!

En la mágica noche de ayer, nuestra Hermandad volvió a estar presente abriendo la Cabalgata de Reyes de Villa del Río. Esta vez con un original Belén que sobrevolaba el cielo de nuestro pueblo pilotado por los más pequeños de la Cofradía, que participaron llenando de luz y alegría la Carroza del Belén.
La Hermandad quiere dar las Gracias al Ilmo. Ayuntamiento por su confianza en nuestro hacer, a Muebles Nieto, Don Colchón y Conforquivir por su contribución en la realización de la Carroza, así como a las personas que la han hecho posible. ¡GRACIAS A TODOS Y FELICES REYES 2020!

04 enero 2020

02 enero 2020

01 enero 2020

LA ALEGRÍA DE SER FRANCISCANOS

Hemos recibido esta preciosa Felicitación de Madre Rosario, 
General de las Religiosas de la Divina Pastora.

SOLEMNIDAD DE LA MADRE DE DIOS

31 diciembre 2019

29 diciembre 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO

EL GRUPO JOVEN EN NAVIDAD

En la convocatoria de hoy han podido conocer las reflexiones del Papa Francisco sobre la Navidad. Todo ello caminando hacía la Ermita de la Estrella, donde han terminado el encuentro ante nuestra Patrona.

26 diciembre 2019

25 diciembre 2019

24 diciembre 2019

23 diciembre 2019

¿TIENE ALGO QUE DECIRNOS A NOSOTROS LA NAVIDAD?


En el último Encuentro de Oración del año que ha tenido lugar esta noche, hemos reflexionado sobre la Navidad.

A la gran mayoría de los que festejan la Navidad se les escapa por completo el acontecimiento que dio nacimiento a dicho festejo, quedando el hecho divino de la encarnación de Cristo como algo que difícilmente la gente ligue a esta fecha, mostrando así el desconocimiento completo de lo que debiera ser la razón y el corazón de la Navidad.

Si la despojamos de todos los adornos artificiales, de las reuniones familiares y los días de fiesta, para muchos no tiene más para decir. En sí, constituye un verdadero drama navideño, pues la gente no se da cuenta que la venida del Hijo de Dios para habitar como uno de nosotros es el mayor bien que se nos podría haber hecho jamás.

No hay regalo, por más precioso que resulte que se pueda comparar siquiera a lo que Dios Padre nos regaló esa noche en un pesebre de la pequeña aldea de Belén.

La Navidad es la llegada de todo el bien que Dios deseaba hacerle a la humanidad. Para aquellos que hemos tenido nuestra Navidad, es decir el momento en que Cristo vino a nuestros corazones, podemos decir que la luz llegó a nuestras vidas, que fueron totalmente cambiadas por su llegada. Hoy Cristo puede venir a tu vida también, para que compruebes por ti mismo que él es realidad y que la Navidad no es una feria más, sino que es el festejo del momento donde la eternidad tocó la historia para hacerse carne por amor por cada uno de nosotros.

22 diciembre 2019

LA HERMANDAD REPARTE MÁS DE 44.000 EUROS

 Muchas felicidades a todos aquellos que se hayan hecho con un décimo de la Hermandad. 
Está premiado con 100 euros. La Cofradía ha repartido más de 44.000 Euros.
¡El año que viene a por el GORDO!
Gracias a todos los que colaboráis con la Hermandad.

EVANGELIO DEL DOMINGO