17 marzo 2022

13 marzo 2022

07 marzo 2022

LOS ENSAYOS MARCHAN A BUEN RITMO

Imágenes del ensayo de la cuadrilla de este pasado viernes.


06 marzo 2022

03 marzo 2022

SALE EL BOLETÍN DE LA HERMANDAD

Desde hace unas semanas se está procediendo al cobro de la cuota anual de hermanos con el que recibirán el Boletín que la Cofradía edita para informar de las actividades realizadas durante el año. 

02 marzo 2022

01 marzo 2022

¡NUESTRA CUADRILLA YA ESTÁ EN MARCHA!

Tras la igualá, el pasado viernes arrancaron los ensayos de los hermanos costaleros que este año celebran 25 Años de andadura.
¡Estamos orgullosos de vosotros!

28 febrero 2022

27 febrero 2022

23 febrero 2022

LA SORDERA DE DIOS

ENCUENTRO DE ORACIÓN. FEBRERO DE 2022

Esta noche hemos vuelto a celebrar la oración que cada último miércoles de mes nos reúne al lado del Señor. Tras la lectura del Evangelio en la que Jesús no enseña a orar, nos hemos planteado la siguiente pregunta ¿Para qué sirve rezar? Para responderla, hemos reflexionado sobre un fragmento del texto de Alfonso Aguiló.

Se ha ofrecido esta oración por nuestros hermanos que no saben rezar, que desconocen como dirigirse a Dios, nuestro Padre. O que han caido en la repetición vana de oraciones sin sentido.

La sordera de Dios

«Me siento engañada. Me habían dicho que Dios era bueno y protegía y amaba a los buenos, que la oración era omnipotente, que Dios concedía todo lo que se le pedía.

»¿Por qué Dios se ha vuelto sordo a lo que le pido? ¿Por qué no me escucha? ¿Por qué permite que esté sufriendo tanto?

»Empiezo a pensar que detrás de ese nombre, Dios, no hay nada. Que es todo una gigantesca fábula. Que me han engañado como a una tonta desde que nací».

Esta queja, amarga y crispada, de una mujer afligida por una serie de desgracias, corresponde a un tipo de quejas de las más antiguas que se escuchan contra Dios.

Y al hecho de ser actitudes muy poco apropiadas para la oración, se une el hecho de que, en muchos casos, lamentablemente, son las primeras palabras que esa persona dirige hacia Dios en mucho tiempo. Y si no reciben rápidamente un consuelo a su medida, tacharán a Dios de ser sordo a sus peticiones. Son ese tipo de personas —decía Martín Descalzo— que tienen a Dios como un aviador su paracaídas: para los casos de emergencia, pero esperando no tener que usarlo jamás.

Visión utilitarista de Dios

Al parecer, su dios era algo que servía para hacerla feliz a ella, y no ella alguien destinada a servir a Dios. Su dios era bueno en la medida que le concedía lo que ella deseaba, pero dejaba de ser bueno cuando le hacía marchar por un camino más costoso o difícil.

Con la oración, nos dirigimos a Dios y le expresamos nuestras inquietudes y preocupaciones. Es cierto que con la oración Dios nos concede lo que le pedimos, pero solo cuando eso que pedimos sea lo que realmente necesitamos. No tendría sentido que nos concediera cosas que no nos convienen, y el hombre no siempre acierta a saber qué es realmente mejor para él. La buena oración no es la que logra que Dios quiera lo que yo quiero, sino la que logra que yo llegue a querer lo que quiere Dios.

Tratar a Dios como a un fontanero, del que solo nos acordamos cuando los grifos marchan mal, denotaría una visión utilitarista de Dios. Amar a Dios porque nos resulta rentable es confundir a Dios con un buen negocio, una instrumentalización egoísta de Dios. Un dolor, por grande que sea, puede ser el momento verdadero en que tenemos que demostrar si amamos a Dios o nos limitamos a utilizarlo.

Es verdad que el sufrimiento es a veces difícil de aceptar y de entender. Pero nuestros sufrimientos —ha escrito la Madre Teresa de Calcuta— son como caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.

Son muchos los males que afligen al mundo y a nuestra propia vida, pero eso no debe llevarnos al pesimismo, sino a la lucha por la victoria del bien. Y esta lucha por la victoria del bien en el hombre y en el mundo nos recuerda la necesidad de rezar.

La oración... ¿no es hablar solo?

Una profesora explica a sus alumnos de nueve años un ejercicio práctico.

Un grupo debe sembrar unas semillas en dos macetas y ponerlas junto a la ventana del aula.

Luego, ese mismo grupo se encargará de regar todos los días el primero de esos dos tiestos. El resto de los alumnos se dedicará a rezar para que germine lo que han sembrado en el segundo, pero sin echar una sola gota de agua.

El resultado en las mentes de los chicos es fácil de imaginar: el aplastante peso de la realidad les hace ver que rezar es una gran ingenuidad, puesto que de la primera maceta pronto brotó una hermosa planta, y en cambio, de la segunda, la oración no consiguió absolutamente nada.

He recordado esta anécdota, que sucedió realmente, porque a veces nos hacemos una idea de la oración casi tan extraña como la que aquella profesora quería inculcar en sus alumnos.

La fe y la esperanza cristianas no son ese balido paciente de ovejas cobardes con que algunos parecen identificarlo:

El que reza no puede pretender que Dios haga el trabajo que le corresponde hacer a él.

La oración no es una simple espera de que alguien venga a resolver lo que nosotros hemos de resolver.

Ni es la aceptación cansina de errores o injusticias que estaría en nuestra mano atajar.

Tampoco es un vano y supersticioso intento de obtener un poder oculto sobre los bienes de este mundo.

Rezar no es una especie de diálogo de un maníaco con su sombra. La oración es algo muy distinto, y millones de seres humanos han encontrado en ella a lo largo de los siglos, no solo consuelo, sino una luz y una fortaleza grandes.

La oración enriquece enormemente a cualquier persona que la practique. Buscar unos minutos al día de pausa cordial para el encuentro con Dios en el fondo del alma, elevándose un poco por encima del trajín y el ruido de nuestras actividades cotidianas, dejando por un rato esas preocupaciones que agobian (o precisamente tratando de ellas en la presencia de Dios); y tomar, por ejemplo, el Evangelio, o cualquier libro que nos ayude a elevar nuestro pensamiento hacia Él; y leer una frase, unas pocas líneas, y dejarlas calar dentro de sí, como la lluvia cae sobre la tierra. Eso, aunque solo sea unos pocos minutos, pero cada día, a la vuelta de poco tiempo produce un sorprendente enriquecimiento interior.

PREGUNTAS-REFLEXIÓN

¿Cómo es tu relación con Dios en la Oración?

¿Utilizamos a Dios cuando nos conviene, en las circunstancias difíciles, según nuestras necesidades?

¿Reconocemos que Dios tiene el control de nuestras vidas?

¿Encargamos a Dios en nuestra oración los esfuerzos y trabajos que debemos de realizar nosotros?

¿Buscas esos momentos, ese rato de encuentro diario?

Puede visualizarse completa en.

https://humildadvilladelrio.blogspot.com/p/grupo-de-oracion-hvmilitas.html

21 febrero 2022

20 febrero 2022

13 febrero 2022

06 febrero 2022

01 febrero 2022

25 ANIVERSARIO DE LA CUADRILLA DE HERMANOS COSTALEROS

 

Este año celebramos el 25 aniversario de la Cuadrilla de Hermanos Costaleros de la Humildad. Iremos compartiendo fotografías de estos 25 años de trabajadera desde aquel 1997 hasta la actualidad. 25 Años siendo los pies del Señor, caminando cada Miércoles Santo para llevar el mensaje de la Humildad a todos los rincones de nuestro pueblo.

¡FELIZ ANIVERSARIO!

30 enero 2022

26 enero 2022

LA VIDA ES UN PROPÓSITO CONSTANTE

ENCUENTRO DE ORACIÓN. ENERO DE 2022

Esta noche nos hemos vuelto a reunir al lado del Señor y hoy especialmente tenemos que estar alegres ya que celebramos cuatro años de andadura desde aquel primer mes de 2018.

Termina Enero y arranca un nuevo año lleno de propósitos. Este ha sido el tema de esta noche: la capacidad de generar propósitos y esperanza en nuestra vida.

Esta oración ha sido ofrecida por nuestros hermanos que están comprometidos con los propósitos de la Iglesia.

Tras la Evangelio según San Juan 15:16-17, hemos reflexionado a través de "Un cuento sobre dragones y esperanza" de Jonathan Alwars:

Hace mucho tiempo, un gigantesco dragón se acercó a una imponente ciudadela. Los habitantes entraron en pánico imaginando una lucha imposible contra semejante adversario. Todos se concentraron en las mazmorras de castillo con los víveres necesarios.

- Aquí no podrá entrar, sin duda. Fuerte y profunda es la roca de los cimientos, paredes de impenetrable piedra refuerzan los laterales y poderosa madera compone la puerta de entrada. Desistirá y cansado huirá hacia otras latitudes.

Mientras, con todos los habitantes guarecidos en los sótanos, el dragón gritaba:

- ¡Ha del castillo! Un poco de agua para este dragón sediento, pues todos los ríos, lagos, charcas y fuentes en kilómetros a la redonda no disponen de agua salubre con la que poder mitigar mi sed. Tened piedad de mí y yo la tendré de vosotros.

Pero nadie atendió sus súplicas. Furioso, quemó con la potencia de su fuego el puente del foso. Este había quedado extendido, pues la puerta principal se encontraba protegida por sendos portones de blindado metal. Grata fue su sorpresa al descubrir una fuente de agua que manaba de un caño que se encontraba muy por encima de las infectas aguas del foso. El dragón bebió hasta saciarse. Ante el silencio del exterior los habitantes abandonaron los subterráneos creyendo que éste había huido, y cuál fue su sorpresa al comprobar que el único acceso con el exterior del castillo había sido destruido.

- Has inutilizado nuestra salida. ¿Qué has hecho dragón a la vez que nosotros nos protegíamos de tu presencia?

- Mantener un firme propósito mientras vosotros abristeis la puerta hacia la desesperanza.

REFLEXIÓN

Nada está escrito hasta que se vive.

Nada resulta previsible hasta que sucede.

Nada es certidumbre, pues la vida es una casualidad imprevista.

A inmensa resulte la barrera, mayor ha de ser la fuerza dirigida para aferrarse al propósito. El propósito no entiende de felicidad o pesadumbre, y navega sobre ambos sin importar el equilibrio emocional de quien lo posee. El propósito, proyecto, plan o aspiración, salva al suicida de atentar contra sí, reflota al depresivo de su congoja, anima al desánimo, fuerza al inactivo y disipa la indiferencia de vivir, sobre aquellos que contemplan la existencia al igual que el limitado recorrido de un cinturón sobre una polea. El propósito es el motor de las emociones, y en definitiva aporta el combustible necesario para obtener los sueños.

La clase de propósito no importa, cada persona poseerá el suyo terminando por convertirse en un bien personal e intransferible: existirán propósitos similares pero nunca iguales entre mismos individuos. Si el propósito no provoca daño sobre quien lo impulsa o sobre aquellos que transitan próximos a él, siempre será entendido como un buen propósito con independencia de cuál sea su intención, origen o naturaleza.

La ausencia de propósito hiela la vida y oscurece el futuro por medio de un presente sombrío. En tal modo, se conquista la desesperanza, se alimenta la tristeza en el sufrimiento, se expulsa la felicidad y se cae dentro de un bucle interminable cuyos muros anticipan una escapada infranqueable.

PREGUNTAS-REFLEXIÓN

-         ¿Cuáles son los propósitos en tu vida, o más fácil aun, tu propósito actual?

-         ¿Vives en la desesperanza?

-         ¿Sabes que Dios tiene un propósito para ti?

-         ¿Entiendes que nada sucede por casualidad y que todo está en los planes de Dios para cada uno de nosotros?

-         ¿Entiendes que la desesperanza es igual a sufrimiento sin propósito?

-         ¿Sabes que alcanzar esos propósitos en ocasiones no es sencillo, pero que ÉL está contigo en los momentos difíciles de esfuerzo y sacrificio?

Puede visualizarse completa en.

https://humildadvilladelrio.blogspot.com/p/grupo-de-oracion-hvmilitas.html