17 septiembre 2022

FIESTA DE LA IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS A SAN FRANCISCO DE ASÍS

Hoy la Familia franciscana celebra el día en que San Francisco experimentó el dolor de Cristo en la cruz, tras recibir los estigmas en pies, manos y costado.

Dios como a su espejo os trata,
Francisco; que gusta Dios
de ver retratado en vos
el mismo amor que le mata.

Tan bien a Dios retratáis,
que el mismo Dios parecéis,
aunque en la cruz excedéis;
que en él os crucificáis.

Dios sus heridas retrata
en vos, porque gusta Dios
de ver retratado en vos
el mismo amor que le mata.

Es de Dios tanto el amor,
aunque en sí te considere,
que tener espejo quiere
para que le haga mayor.

Y como tanto retrata
el vuestro, santo, al de Dios,
gusta de mirar en vos
el mismo amor que le mata.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén

14 septiembre 2022

12 septiembre 2022

11 septiembre 2022

08 septiembre 2022

07 septiembre 2022

06 septiembre 2022

HAZTE CON LAS NUEVAS PULSERAS DE LA HERMANDAD

Realizadas en silicona con la técnica de bajo-relieve en azul y blanco. Donativo 1'50 Euros. Disponibles en tres tamaños adaptados a hombre, mujer y niño/a.

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04 septiembre 2022

LA HERMANDAD EN LA OFRENDA FLORAL A LA VIRGEN DE LA ESTRELLA

En la tarde de ayer, los Hermanos Mayores de nuestra Cofradía participaron en la comitiva que partía hacia el santuario para hacer la ofrenda floral a la Virgen de la Estrella Coronada.

03 septiembre 2022

31 agosto 2022

EL VALOR DEL TIEMPO

 Encuentro del Grupo de Oración. Agosto 2022.

Hoy hemos vuelto a celebrar la oración que cada último miércoles de mes nos reúne al lado del Señor. Termina Agosto, hemos pasado las hojas del almanaque contando los días de este caluroso verano y por ello, nuestra reflexión ha tratado sobre el valor del tiempo. Hemos dedicado la oración a todos aquellos que no tienen conciencia del tiempo a causa de la vejez, de enfermedades mentales o simplemente se hayan en un momento difícil de incertidumbre.

REFLEXIÓN: El valor del tiempo

Una vez alguien, a modo de anécdota me contó esta breve historia:

– Maestro Kin ¿Por qué no mejoro en mi Kung-Fu?

-¿Has visto un atardecer desde las montañas?  

-Sí, maestro.

-¿Has visto el agua golpear las rocas?  

-Sí, maestro.

-¿Has visto la luna reflejada en el lago?  

-Sí, maestro.

-¿Lo ves? Te pasas el día haciendo otras cosas en vez de practicar…

Tampoco quiero que se piense mal. Yo no estoy en contra de que dediquemos tiempo a la contemplación, tanto de la naturaleza como de uno mismo en forma de meditación y prácticas introspectivas. Es más. Yo disfruto mucho haciéndolo, pero el tema de la reflexión de hoy tiene otra perspectiva, que viene a ser: ¿Qué valor le doy a mi propio tiempo?

Aunque parezca una obviedad, el tiempo no se puede almacenar. Simplemente transcurre. Se dice que cuando nacemos somos ricos en tiempo, puesto que tenemos toda la vida por delante, pero nadie puede cuantificar esa riqueza, ya que nadie puede saber cuánto va a durar la vida de una persona.

Pero esa riqueza es una certeza, ya que ese tiempo se puede dedicar a tantas cosas como la libertad humana nos permita. Teniendo en cuenta que esa misma libertad nos marca el camino, puesto que con cada decisión que tomamos abrimos nuevos caminos y abandonamos otros.

Como el discípulo del cuento, que opta por la contemplación y la admiración de la naturaleza, así que su Kung-Fu se ve afectado. Seguramente valora más la meditación sin darse cuenta de dos cosas. Por un lado, que la práctica de una habilidad la mejora. Y por otra, y muy importante, que no son dos actividades incompatibles. Se puede dedicar tiempo a contemplar un atardecer y también dedicárselo a la práctica para mejorar en la habilidad del Kung-Fu. Simplemente hay que ser consciente del reparto del tiempo y de la importancia que le demos a cada actividad.

Esto nos lleva a una consecuencia: dedicamos más tiempo a lo que más nos motiva. Esta motivación puede ser afectiva, económica, de prestigio, por sentido del deber, etc. Curiosamente, en muchas ocasiones utilizamos este tiempo como moneda de cambio.

En el campo afectivo, entregamos parte de nuestro tiempo gratuitamente a las personas que apreciamos, pero ellas, a cambio, también nos entregan parte del suyo en esa convivencia. Por ejemplo, ahora podemos dedicar mucho tiempo en el cuidado de nuestros hijos y lo hacemos generosamente, pero también esperamos que cuando seamos mayores, estos hijos no nos abandonen y, aunque solo sea una vez a la semana, vengan a visitarnos a la residencia de ancianos. En realidad, es un intercambio de tiempo que se realiza de forma generosa y sin cuantificar.

En el campo laboral lo que acabamos haciendo es cambiar nuestro tiempo por una remuneración económica. En definitiva. Vendemos las ocho horas diarias de la jornada laboral a una persona, que puede ser nuestro jefe o nuestro cliente. En esta consideración hay que tener en cuenta ciertos matices. No solo vendemos nuestro tiempo, también vendemos nuestras habilidades para realizar el trabajo correctamente.

Unas habilidades a la que, posiblemente, hemos dedicado bastante tiempo y esfuerzo en formación y en práctica para adquirirlas, mejorarlas y mantenerlas. Con lo cual vendemos nuestro tiempo presente y también el tiempo pasado empleado en nuestra educación y formación.

A veces este tiempo es muy amplio. Pensemos, por ejemplo, en un médico, que además de una carrera universitaria ha tenido que realizar una especialización que dura varios años y que ha de continuar formándose y actualizándose.

Por eso, yo me pregunto ¿Cuánto vale mi tiempo? Y también os pregunto ¿Cuánto vale vuestro tiempo? Y no solo a nivel económico. Creo que este es un aspecto importante cuando hablamos de relaciones laborales, puesto que gracias a la economía podemos vivir. Pero en las actividades que hacemos hay mucho de motivación y de emoción. Y eso no se paga con dinero. El beneficio es de otro tipo: reconocimiento personal, satisfacción interna, sentido de hacer algo bien hecho, etc.

El tiempo, en definitiva, es algo que tenemos y que “perdemos a lo largo de la vida”. Que esta pérdida de tiempo se sienta como algo provechoso solo depende de nosotros y de la capacidad de valorar el día a día, de encontrar razones para vivir con intensidad cada momento y de sentir que la vida tiene muchas experiencias distintas.

Todas las experiencias son válidas. Solo hay que dar el valor oportuno a cada una de ellas.

Volviendo al cuentecillo del inicio. Tan importante es ver un atardecer como practicar el Kung-Fu si queremos mejorarlo.

Pensemos que quizá a aquello a lo que nos es más fácil dedicar nuestro tiempo es aquello que más nos motiva porque de hecho es para lo que dedicamos lo más valioso que tenemos: Nuestro tiempo.

Reflexión

-         ¿A qué dedicamos nuestro tiempo?

-        ¿Lo aprovechamos?

-         ¿Repartimos bien nuestro tiempo?

-         ¿Qué valor le doy a mi tiempo?

-         ¿Nos motiva la palabra de Dios para dedicarle nuestro tiempo?

-         ¿Queremos mejorar nuestra opción de Dios o andamos en otras cosas?

ORACIÓN FINAL:   

Tengo ante mí unos minutos, unas horas, unos días. ¿Qué voy a hacer? La decisión está en mis manos. Si no hay urgencias inmediatas, si la enfermedad no corta las alas de mi vida, soy plenamente libre para escoger.                         

No quiero, sin embargo, decidir a solas. Sé que hay un Dios que es Padre y me ama. Sé que Cristo me ha enseñado el camino de la vida. Sé que el Espíritu Santo habita en mi alma y me invita a optar por lo mejor.

Por eso, Señor, te pido luz para usar bien el tiempo que ahora me concedes. Ayúdame a renunciar a un uso egoísta del mismo. Ayúdame a dejar de lado caprichos, placeres malsanos, deseos de venganza, obsesiones que encadenan.

Permíteme la gracia de arrepentirme de mis pecados y de llegar a una conversión profunda, sincera, completa, decidida, desde la certeza de tu misericordia eterna.

Concédeme ver con claridad qué deseas de mí ahora, cómo puedo ayudar mejor a mis hermanos.          

Fortalece mi voluntad para que la pereza no me detenga, para que el miedo no me paralice, para que esté dispuesto a arriesgar mi fama si se trata de defender la justicia, de ayudar al pobre, de proteger a la viuda, de corregir al que yerra, de consolar al triste, de transmitir tu Evangelio.

Ayúdame a tomar buenas decisiones. La vida pasa, y no puedo desgastarme en lo inútil y en lo dañino. Sólo tiene sentido escoger lo que me lleva a amarte a Ti y a servir a mis hermanos.

Señor, tengo ante mí este tiempo que me concedes. Haz que se convierta en un momento bello para acercarme más a Ti, para conocer mejor mi fe, para dejarme impulsar por la esperanza, para avanzar por el camino maravilloso del amor, del servicio, de la entrega hasta “dar la vida por los hermanos” (1Jn 3,16).


Puede visualizarse completa en:
https://humildadvilladelrio.blogspot.com/p/grupo-de-oracion-hvmilitas.html

29 agosto 2022

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07 agosto 2022