08 junio 2014

DISFRUTANDO DEL MERCADO MEDIEVAL 2014


 

Desde el viernes 6 de junio la Hermandad ha estado presente en el Mercado Medieval. Sin duda, un fin de semana lleno de trabajo, convivencia y ambiente. A modo de taberna la Junta de Gobierno instaló su puesto cuidando los detalles al máximo.










La Hermandad agradece la colaboración  de los Hermanos y personas en general que han hecho posible esta actividad para recaudar fondos para los proyectos de la Cofradía. Especialmente al Matrimonio Platero Reif, a nuestro amigo Gabri, a Benito López, a la Familia Corbellini, al Ilmo. Ayuntamiento, y a Pablo, organizador del Mercado Medieval.

27 mayo 2014

UN BUEN DÍA DE CONVIVENCIA









El pasado sábado se celebró un perol de convivencia de Hermanos Costaleros en el Recinto de San Isidro Labrador. Sin duda, un día de amistad y disfrute.

28 abril 2014

GRACIAS A TODOS


Esta tarde se ha guardado el paso de nuestro Señor, solo queda limpiar la Capilla para estos días de celebraciones en la Parroquia y con ello cerraremos este año cofrade y se abrirá uno nuevo.

Queremos dar las GRACIAS a cuantas personas hacen la Hermandad; a todos los que ponen su granito de arena para que el Miércoles Santo sea un día grande.

GRACIAS a la cuadrilla de Hermanos Costaleros que dirigida por nuestro capataz ha hecho caminar a su Señor como nunca.

GRACIAS a las Hermanas con mantilla que cada año responden a su cita llenando de belleza nuestra Estación de Penitencia.

GRACIAS a la "Agrupación de la Madrugá" por su música.

GRACIAS a todas aquellas personas que colaboran de manera anónima pero constante.

GRACIAS a cuantos creen en el mensaje y la forma de hacer de esta Hermandad.

GRACIAS A NUESTRO PUEBLO QUE NOS ARROPA EN ESTOS DIEZ PRIMEROS AÑOS DE MIÉRCOLES SANTO.


GRACIAS VILLA DEL RÍO. GRACIAS SEÑOR DE LA MIRADA DULCE.

26 abril 2014

CANONIZACIÓN DE JUAN XXIII Y JUAN PABLO II

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

25 abril 2014

NUEVOS VÍDEOS DEL MIÉRCOLES SANTO


Presentación ante el Nazareno


Saeta y petalada

20 abril 2014

RESUCITÓ


Que superemos todas las tristezas, todos los abandonos. 
Que sepamos vencer el miedo para no negarte
ni ante la acusación ni ante el halago,
ni ante la flecha que atraviesa el alma,
ni ante los paraísos inventados.

Que frente a la injusticia, y a la burla,
y al insulto más fiero, mantengamos
un brillo de piedad en la mirada,
un silencio de amor entre los labios,
una resignación muy por encima
de burlas y sarcasmos…

Que nada nos impida seguir siempre
contigo hasta el Calvario:
ni las brutales mofas de la chusma,
ni las espinas ni los latigazos,
ni el fuego de las llagas,
ni la sed, ni la muerte, ni el cansancio.

Que, tras la pena de los vía crucis
y la amargura de los viernes santos,
por tu gracia infinita de Cordero
que borra con su sangre los pecados,
alcancemos contigo esta alegría,
este triunfo pascual, este milagro.


Que tras la breve pesadumbre humana,
que  tras las penas y los desencantos,
y las complicaciones de la vida
y sus apuros y sus arrebatos,
tu triunfo sea un día
nuestro también, Señor Resucitado.

Señor Resucitado, que iluminas el mundo
con los fulgores de tu cuerpo claro,
con esa muerte que has trocado en vida
y con ese sepulcro abandonado,
porque no hay que buscar entre los muertos
al que, vivo, la muerte ha derrotado.

Señor Resucitado, que has abierto
las puertas de la gloria y has trazado
el Camino que lleva a dicho término,
únenos a tu gozo, oh Señor, y haznos
los mensajeros de tu buena nueva
por este mundo tan equivocado,
tan ciego para ver tus maravillas,
y tan sordo a la voz de tus mandatos..

¡Únenos a tu gozo,
a quienes, a tu muerte incorporados
por el santo Bautismo, en este día,

tu victoriosa Pascua celebramos!

Oración-poema al Señor Resucitado, por Francisco Vaquerizo Moreno

17 abril 2014

UN MIÉRCOLES SANTO ESPLENDOROSO



Vídeos de Villa del Río TV

13 abril 2014

DOMINGO DE RAMOS


“Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén, he aquí tu REY viene a tí, justo y salvador”. Zacarías 9:9

El humilde Hijo del carpintero de Nazareth, Cristo nuestro amado Salvador, en este memorable día de la solemne toma de posesión de su ciudad real Jerusalén, bajo el manto de su gloriosa mansedumbre y rodeado por sus mansos discípulos, recibe la delirante ovación de un pueblo que reconoce por solo cinco días el señorío de su reinado, cuando clamaron: “No tenemos más rey que al César”. Entra a la ciudad davídica no como un conquistador al fulgor de la espada sino como el redentor a la sombra de la cruz. No luce un soberbio caballo sino, como Zacarías le vió: “Vendrá humilde y cabalgando sobre un asno”. Pero David canta la gloria de este Rey: “Alzad oh puertas, vuestros capiteles y entrará el Rey de Gloria: ¡Cristo! Y el creyente dice: ¡Entra en mi corazón, Oh Cristo, pues en él hay un trono para ti:

Lluvia de lirios y aromadas rosas
embalsaman el rústico camino;
pisando ricos mantos, va el pollino
del pueblo entre las voces victoriosas.

Delirantes las turbas anhelosas
rodean al mansísimo Rabino:
¡Hay en torno un ambiente tan divino
que divinas se ven todas las cosas!

Alegría respiran las terrazas,
alabanzas las calles y las plazas
y en Sión hay fiebre de fervor y canto:

¡Que se abran ya las puertas matinales!
Resuenen los Salterios y arpas reales,

y ¡Paso! al Rey triunfal, Mesías Santo!

Rafael Moreno Guillen

CONVIVENCIA- RETRANQUEO COSTALEROS




Hoy tuvo lugar el retranqueo del paso y la convivencia anual de la cuadrilla de Hermanos Costaleros en un ambiente muy cordial y agradable. Nuestro Hermano Guillermo regaló unas bonitas palabras a nuestro capataz Ángel. 

11 abril 2014

EL PASO DEL SEÑOR YA PREPARADO



Hoy Viernes de Dolores ya se puede contemplar el paso del Señor montado para la próxima Estación de Penitencia de 2014.

06 abril 2014

SEMANA SANTA CHIQUITA 2014

 
El paso del Señor preparado para procesionar con los nuevos candelabros

                       


    



Pequeñas mantillas acompañaron el paso del Señor










25 marzo 2014

SÓLO LA HUMILDAD NOS SALVA


El Papa ha insistido en dos ocasiones esta semana en la necesidad de acoger con humildad la salvación que nos ofrece Cristo, a diferencia de quienes le rechazaban porque «estaban tan seguros en su fe, tan seguros en su observancia de los mandamientos», que sentían que no necesitaban ser salvados «La salvación no se compra, ni se vende: se regala. Es gratuita. Nosotros no podemos salvarnos por nosotros mismos: la salvación es un regalo, totalmente gratuito. No se compra con la sangre ni de toros ni de cabras: no se puede comprar. Para entrar en nosotros esta salvación sólo pide un corazón humilde, un corazón dócil, un corazón obediente. Como el de María. Y el modelo de este camino de salvación es el mismo Dios, su Hijo», dijo el Papa, durante la misa del martes en la capilla de Santa Marta.

Francisco hizo hincapié en el «camino de la humildad, de la humillación». Y afirmó que esto «significa sencillamente decir: yo soy hombre, yo soy mujer y Tú eres Dios, e ir adelante, ante la presencia de Dios, en la obediencia, en la docilidad del corazón».

«Hoy podemos abrazar al Padre a quien, gracias a la sangre de su Hijo, se ha hecho como uno de nosotros, nos salva», añadió. «Este Padre que nos espera todos los días... Miremos el icono de Eva y de Adán, miremos el icono de María y Jesús, miremos el camino de la historia con Dios que caminaba con su pueblo. Y digamos: Gracias. Gracias, Señor, porque hoy Tú nos dices a nosotros que nos has regalado la salvación. Hoy es un día para dar gracias al Señor».

La humildad estuvo también en el centro de la predicación del Papa el lunes. El obispo de Roma aludió al ejemplo de quienes pensaban rechazaban a Jesús, porque «estaban tan seguros en su fe, tan seguros en su observancia de los mandamientos, que no tenían necesidad de otra salvación». Ése «es el drama de la observancia de los mandamientos sin fe: Yo me salvo solo, porque voy a la sinagoga todos los sábados, trato de obedecer a los mandamientos, ¡pero que éste no venga a decirme que eran mejor que yo aquel leproso y aquella viuda! ¡Esos son marginados! Y Jesús nos dice: Si tú no te marginas, no te sientes en el margen, no tendrás salvación. Ésta es la humildad, el camino de la humildad: sentirse tan marginados que tenemos necesidad de la salvación del Señor. Sólo Él salva, no nuestra observancia de los preceptos. Y esto no gustó, se enojaron y querían matarlo».

La misma rabia -comentó el Papa- afecta, inicialmente, también a Naamán, porque considera ridículo y humillante la invitación de Eliseo de bañarse siete veces en el río Jordán para quedar curado de la lepra. «El Señor le pide un gesto de humildad, que obedezca como un niño, que haga el ridículo». Se va desdeñado, pero después, convencido por sus siervos, vuelve y hace cuanto le dijo el profeta. Aquel acto de humildad lo cura. «Es éste el mensaje de hoy, en esta tercera semana de Cuaresma»,  afirmó el Papa, y señaló que, si queremos ser salvados, «debemos elegir el camino de la humildad»

«La humildad cristiana -aclaró- no es la virtud de decir: Yo no sirvo para nada, y esconder la soberbia allí, ¡no, no! La humildad cristiana es decir la verdad: Soy pecador, soy pecadora. Decir la verdad: es ésta nuestra verdad. Pero hay otra: Dios nos salva. Pero nos salva allá, cuando nosotros somos marginados; no nos salva en nuestra seguridad. Pidamos la gracia de tener esta sabiduría de marginarnos, la gracia de la humildad para recibir la salvación del Señor».

Papa Francisco

Noticia digital (25-III-2014)

23 marzo 2014

NUEVA MARCHA PROCESIONAL DEDICADA A NUESTRO TITULAR


Ayer se presentó el Primer trabajo discográfico de la A.M. Ntro. Padre Jesús Nazareno "La Madrugá"  y dentro de este disco la Marcha Procesional "Padre mío de la Humildad" dedicada por el compositor Miguel Ángel Font Morgado a nuestro titular.

Como el mismo la define; Se trata de una marcha de corte flamenco que refleja melodías de impotencia, ya que describe la escena en que Jesucristo va a ser juzgado "Ecce Homo".

Bajo el punto de vista cofrade y sobre todo, viviendo la pasión del pueblo andaluz, puede apreciarse el sentimiento emotivo de la Semana Santa cordobesa, su luz, su respeto y su particular forma de acompañar a Cristo y a su bendita Madre.

Sirva esta oración musical como un canto hacia la Humildad y el mensaje salvador de Nuestro Santo Padre.


La Hermandad agradece este regalo a la A.M. Ntro. Padre Jesús Nazareno "La Madrugá" y al compositor Miguel Ángel Font Morgado por haber plasmado en notas musicales el amor del pueblo de Villa del Río hacía el Señor del Miércoles Santo.

04 marzo 2014

NUESTRO VÍDEO PARA LA CUARESMA 2014


LAS BIENAVENTURANZAS

Traemos a nuestro ya casi tradicional vídeo de Cuaresma las preciosas palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña. Las Bienaventuranzas están en el centro de su predicación y con ellas recoge las promesas hechas al pueblo elegido. Jesús las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos.

Las Bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas que sostienen la esperanza en los momentos difíciles; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas. Las Bienaventuranzas quedan inauguradas en la vida de la Virgen María 
y de todos los santos. 

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2014

Papa Francisco

Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cfr. 2 Cor 8, 9)

Queridos hermanos y hermanas:

Con ocasión de la Cuaresma os propongo algunas reflexiones, a fin de que os sirvan para el camino personal y comunitario de conversión. Comienzo recordando las palabras de san Pablo: «Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8, 9). El Apóstol se dirige a los cristianos de Corinto para alentarlos a ser generosos y ayudar a los fieles de Jerusalén que pasan necesidad. ¿Qué nos dicen, a los cristianos de hoy, estas palabras de san Pablo? ¿Qué nos dice hoy, a nosotros, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido evangélico?

La gracia de Cristo

Ante todo, nos dicen cuál es el estilo de Dios. Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: «Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…». Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros (cfr. Flp 2, 7; Heb 4, 15). ¡Qué gran misterio la encarnación de Dios! La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrificarse por las criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias. Y Dios hizo esto con nosotros. Jesús, en efecto, «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado» (Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22).

La finalidad de Jesús al hacerse pobre no es la pobreza en sí misma, sino —dice san Pablo— «…para enriqueceros con su pobreza». No se trata de un juego de palabras ni de una expresión para causar sensación. Al contrario, es una síntesis de la lógica de Dios, la lógica del amor, la lógica de la Encarnación y la Cruz. Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El amor de Cristo no es esto! Cuando Jesús entra en las aguas del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Nos sorprende que el Apóstol diga que fuimos liberados no por medio de la riqueza de Cristo, sino por medio de su pobreza. Y, sin embargo, san Pablo conoce bien la «riqueza insondable de Cristo» (Ef 3, 8), «heredero de todo» (Heb 1, 2).

¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura, que quiere compartir con nosotros. La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria. Es rico como lo es un niño que se siente amado por sus padres y los ama, sin dudar ni un instante de su amor y su ternura. La riqueza de Jesús radica en el hecho de ser el Hijo, su relación única con el Padre es la prerrogativa soberana de este Mesías pobre. Cuando Jesús nos invita a tomar su “yugo llevadero”, nos invita a enriquecernos con esta “rica pobreza” y “pobre riqueza” suyas, a compartir con Él su espíritu filial y fraterno, a convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano Primogénito (cfr Rom 8, 29).

Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos (L. Bloy); podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo.

Nuestro testimonio

Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados. No es así. En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo.

A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza. Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual. La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece su servicio, su diakonia, para responder a las necesidades y curar estas heridas que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir.

No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! ¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente. Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera.

El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza! Es hermoso experimentar la alegría de extender esta buena nueva, de compartir el tesoro que se nos ha confiado, para consolar los corazones afligidos y dar esperanza a tantos hermanos y hermanas sumidos en el vacío. Se trata de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana.

Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.


Que el Espíritu Santo, gracias al cual «[somos] como pobres, pero que enriquecen a muchos; como necesitados, pero poseyéndolo todo» (2 Cor 6, 10), sostenga nuestros propósitos y fortalezca en nosotros la atención y la responsabilidad ante la miseria humana, para que seamos misericordiosos y agentes de misericordia. Con este deseo, aseguro mi oración por todos los creyentes. Que cada comunidad eclesial recorra provechosamente el camino cuaresmal. Os pido que recéis por mí. Que el Señor os bendiga y la Virgen os guarde.