03 enero 2023

LA HERMANDAD EN LA CABALGATA 2023

 

Otro año más, hemos realizado la carroza del Belén, que encabeza la Cabalgata del día más mágico del año. Los Reyes irán a un portal muy, pero que muy original.

01 enero 2023

31 diciembre 2022

FELIZ 2023

28 diciembre 2022

LOS SANTOS INOCENTES

Encuentro del Grupo de Oración. Diciembre 2022.

Hoy hemos vuelto a celebrar la oración que nos reúne al lado del Señor.

Termina el año y termina diciembre, un mes en el que hemos festejado la Inmaculada Concepción de María y, sobre todo, desde hace unos días, la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.

Pero en este caso, hemos reflexionado sobre el Evangelio y la festividad que celebramos hoy: los Santos Inocentes, tomando conciencia de la actitud de José y María ante los planes de Dios y el dolor del pueblo que sufre la perdida injustificada de los más pequeños

Ofrecimos esta oración por los santos inocentes de nuestro tiempo: por los no nacidos, y los que sufren indefensión en el mundo.

LECTURA:

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 2, 1-3.

«Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». Palabra de Dios.

REFLEXIÓN: La fe y el realismo de José; los Inocentes y el dolor de las madres.

Con estas pocas palabras del Evangelio que hemos leído, el ángel despierta a José para que salve la vida del Niño Jesús. Quizá nos ha llamado la atención que esta vez el relato no comenzase por un consolador no temas; esta vez sí que hay motivos para temer porque lo que está a punto de suceder es dramático. Un rey, por envidia y miedo, busca a Cristo para matarle. Jesús encuentra enemigos siendo todavía un niño frágil.

José, sin embargo, no se deja dominar por miedo y despierta delicadamente a María. Ayer mismo han disfrutado de la visita de los Magos. El olor a incienso y el brillo del oro que les han regalado siguen llenando el lugar donde descansan. Y, sin embargo, ya es necesario escapar, salir sin llamar la atención.

Podemos aprender del contraste de esta escena evangélica, al no perder de vista las sufrientes circunstancias en las que Dios quiso hacerse Niño. «Contemplar el pesebre es también contemplar este llanto, es también aprender a escuchar lo que acontece a su alrededor y tener un corazón sensible y abierto al dolor del prójimo. Contemplar el pesebre aislándolo de la vida que lo circunda sería hacer de la Navidad una linda fábula que nos generaría buenos sentimientos, pero nos privaría de la fuerza creadora de la Buena Noticia que el Verbo Encarnado nos quiere regalar. Y la tentación existe».

En el corazón de María se empieza a hacer presente la profecía de Simeón: «A tu misma alma la traspasará una espada». La madre de Cristo se está acostumbrando a salir enseguida, sin precipitación, pero sin demoras innecesarias. Esta vez tampoco hay tiempo para despedirse.

¿Por qué Jesús es una amenaza para Herodes? María y José tal vez no lo entienden, pero no juzgan los planes divinos. No se rebelan. Rezan antes de salir para que Dios les proteja y les bendiga en este nuevo viaje. Las dificultades no les nublan la vista, aunque temen por el Niño.

A José, quizá, una vez más, le asalta la misma incertidumbre que en ocasiones anteriores: ante el embarazo de María, cuando partieron hacia Belén a pocos días de dar a luz, la falta de lugar en la posada y ahora la necesidad de huir en medio de la noche.

 «¿Habéis visto qué hombre de fe? ¡Cómo obedece! “Toma al Niño y a su Madre y huye a Egipto”, le ordena el mensajero divino. Y lo hace. ¡Cree en la obra del Espíritu Santo! El padre terrenal de Jesús ha asumido su misión y sabe que un minuto de retraso puede ser perjudicial. Contempla a María absolutamente abandonada en Dios y en él, así que deciden partir en medio de la oscuridad.

«San José fue el primer invitado a custodiar la alegría de la Salvación. Frente a los crímenes atroces que estaban sucediendo, san José –testimonio del hombre obediente y fiel– fue capaz de escuchar la voz de Dios y la misión que el Padre le encomendaba. Y porque supo escuchar la voz de Dios y se dejó guiar por su voluntad, se volvió más sensible a lo que le rodeaba y supo leer los acontecimientos con realismo. Al igual que san José, necesitamos coraje para asumir esta realidad, para levantarnos y tomarla entre las manos».

Por orden de Herodes, un pelotón de soldados sale de Jerusalén para «matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos». La entera ciudad de David se llena del quejido de unas criaturas inocentes y del dolor de sus madres. «Se cumplió entonces lo dicho por medio del profeta Jeremías: una voz se oyó en Ramá, llanto y lamento grande: es Raquel que llora por sus hijos, y no admite consuelo, porque ya no existen»

¿Cómo puede despertar tanta violencia una criatura indefensa? Esos niños han dado la vida por Jesús. Mueren sin saber siquiera que mueren. Sus madres ven truncadas aquellas vidas inocentes y no saben por qué. Aparentemente no hay explicación para este suceso; representa el sufrimiento a primera vista inútil e injusto de unos niños que sellan con sus vidas la verdad que aún no conocen. María quizá imagina a estas madres rotas por el dolor, sin lágrimas suficientes para llorar tanto sufrimiento. No lo entiende, pero sabe que tiene un sentido y posiblemente empieza a atisbar que los planes de Dios no saldrán adelante sin mucho sacrificio.

El lenguaje se queda mudo ante semejante sufrimiento. María lo acoge en su corazón y guardó ese recuerdo toda la vida. Aquellos Inocentes dieron testimonio de Cristo, no hablando, sino muriendo, como «primicias para Dios y para el Cordero». Quizá, con el pasar de los años, María encontró a alguna de aquellas mujeres de Belén. No sería fácil consolarla, pero seguramente tendría palabras para serenar y curar esos corazones: las vidas de aquellos Santos Inocentes se unirían a la de su Hijo.

PREGUNTAS REFLEXIÓN:

-         ¿Es nuestra actitud de fe como la de José? 

-         ¿Obedecemos los planes de Dios o nos resistimos?

-         ¿Cuáles son los santos inocentes de hoy?

-    ¿Cómo María, nos unimos al dolor de los que sufren la indefensión por el fanatismo, la barbarie de la guerra o cualquier tipo de violencia?

MÚSICA:

Navidad. Pablo Dazán-Cover.

https://www.youtube.com/watch?v=rP95D2qdW0I

ORACIÓN FINAL: Himno a los Santos Inocentes

Tanto al tirano le place hacer de su orgullo ley,

que por deshacer a un Rey un millar de reyes hace.

Por matar a un enemigo siembra de sangre Belén,

y en Belén, Casa del trigo, no muere un Rey, nacen cien.

Y así su cólera loca no puede implantar su ley,

pues quiere matar a un Rey y corona a cuantos toca.

La furia del mal así no puede vencer jamás,

pues, cuando me hiere a mí, estás tú, Señor, detrás.

Estás para convertir en corona cada muerte,

para decirnos que el fuerte es el que sabe morir. Amén.

PADRENUESTRO/GLORIA/AVEMARÍA

26 diciembre 2022

25 diciembre 2022

24 diciembre 2022

18 diciembre 2022

17 diciembre 2022

13 diciembre 2022

¡GRACIAS RAFAEL!


Ayer despedimos a nuestro Hermano Rafael, un hombre que ha colaborando hasta la saciedad en todo lo referente a nuestra Cofradía; pasito de la semana santa chica, restauración respiraderos del paso antiguo, carrozas de reyes, realización retablo para el Señor, montajes para Fiesta Blanca, etc... y más allá de todo ese trabajo, siempre pendiente de como iba la Hermandad y sus proyectos.

Fue Hermano Mayor en 2010, aunque siempre fue más de estar en la retaguardia. Te recordaremos siempre cada Miércoles Santo con tu chaqueta azul marino orgulloso de como su Hermandad crecía en patrimonio, devoción y saber hacer.

Gracias Rafael por tanto, ahora el Señor de la Humildad te acoge para que descanses en su regazo bajo su dulce mirada.

12 diciembre 2022

DESCANSE EN PAZ

 

11 diciembre 2022

09 diciembre 2022

08 diciembre 2022

04 diciembre 2022

30 noviembre 2022

EL SILENCIO


Encuentro del Grupo de Oración. Noviembre 2022.

En la noche de hoy hemos vuelto a reunirnos a los pies del Señor. 

Termina noviembre, un mes en el que festejamos la santidad de tantos hermanos del cielo y la tierra. Un mes en el que rememoramos a los que ya no están con nosotros de manera física, pero sí en el corazón.

Quizá, sea el mes que más favorece el silencio, en mayúsculas, y por ello, hoy hemos reflexionado sobre este con un hermoso texto de Jorge Enrique Mújica. Ofrecimos esta oración por todos aquellos necesitados de silencio en el que grita la voz de Dios.


REFLEXIÓN: El silencio.

El silencio es virtud desde el momento en que se busca, provoca la escucha de la voz divina y mueve a la acción de lo que esa voz pide.

Decía santo Tomás de Aquino que la Oración del “Padre Nuestro” es la más perfecta de las oraciones. En ella, no sólo se pide todo lo que se puede desear con rectitud, sino que además según el orden en que conviene desearlo. De modo que esta oración no sólo enseña a pedir, sino que también forma toda la afectividad.

Una de las peticiones más bellas del “Padre Nuestro” es esa que solicita se haga su voluntad. En ésta quiero fijarme especialmente.

Hace algún tiempo me escribió una lectora para preguntarme cómo podía conocer la voluntad de Dios en su vida, cuál es la voluntad de Dios en cada momento de su vida. Recuerdo que le respondí que la primera voluntad de Dios es que hagamos el bien y evitemos mal y que por eso mismo había depositado en lo más profundo de nuestra conciencia esa ley interior que nos invita buscar esos objetivos en cada uno de nuestros actos.

Así, Dios nos habla desde esa ley interior. Dios nos habla así desde nosotros mismos. Es una voz interior, una voz clara y decisiva que, sin embargo, muchas veces no se escucha no por falta de capacidad sino por falta de las disposiciones que propicien el hacerlo.

Si queremos ser excelentes profesionistas, seres humanos capaces y competentes en las diversas áreas humana, se pone atención a las lecciones, a las clases o conferencias que nos ayudarán a ser tales. Se precisa la escucha atenta y silenciosa. Lo mismo debería ocurrir respecto a esa voz de Dios que quiere expresar su voluntad en cada circunstancia del día a día.

Sin embargo, la experiencia común es que se experimenta dificultad para percibir esa voz interior de Dios que nos habla. ¿Por qué? Porque falta silencio.

¿Cómo escuchar la voz de Dios cuando en la propia existencia reina el rumor, el barullo, el ruido? Sí, se carece de un silencio de los ojos, de un silencio de los oídos: de un silencio interior.

¡Cómo invaden el interior las imágenes, los anuncios, la publicidad o la televisión haciendo, poco a poco, incapaces de poder poner en blanco la mente para recogerse, escuchar y meditar! ¡Cuánto lugar ocupan en la mente canciones, estribillos, música…! ¡Cuánto ruido a los ojos, a los oídos, en el interior!

Parece que hay una cierta incapacidad de vivir sin imágenes, sin sonidos; parece que se tiene miedo al silencio, miedo, en definitiva, a Dios. Miedo a escucharle y dejarle ser protagonista en nuestra vida.

Pero quizá lo más grave de todo es ese dato de hecho que parece ya irreversible, esa renuncia al silencio plasmada en los anuncios que pululan por las avenidas, en la televisión, en las paredes, en pegatinas; esa abdicación reflejada en el afán excesivo y obsesivo de permanecer conectados a internet, en la música omnipresente en coches, aviones, casas, habitaciones, universidades, salas de espera…; esa renuncia al silencio manifestada en la plaga del uso innecesario de teléfonos móviles que sólo por moda se van adquiriendo.

Y ante todo ese panorama puede nacer la pregunta: ¿hay algo que hacer? ¿Debemos resignarnos pasivamente a enterrar esa voz de amor que parece no resignarse a morir dentro de nosotros mismos?

No, ciertamente no hay que resignarnos. Es aquí cuando la búsqueda de ese silencio se convierte en virtud. Porque la virtud no es más que el trabajo esforzado por la adquisición de hábitos buenos y ¿no será acaso el silencio una de esas experiencias que nos ayudará a percibir con mayor nitidez cada día la voz de Dios en el momento a momento de cada jornada?

Por eso: silencio de los ojos que invita a ver lo que necesariamente se debe ver y no lo que pueda robarnos la paz y causar un desasosiego que distraiga la atención de lo esencial. Silencio de los oídos que nos motive a prescindir de la música para poder estar atentos a esa sonora voz que quiere retumbar en nuestro ser y orientar hacia el bien, hacia el conocimiento de su voluntad.

Sí, el silencio es virtud desde el momento en que se busca, provoca la escucha de la voz divina y mueve a la acción de lo que esa voz pide. Es ahí donde, además, ese “Hágase tu voluntad” del “Padre Nuestro” cobra sentido; porque ahora se está abierto ya no sólo a escuchar cuál es esa voluntad, sino que además se ponen los medios para cumplirla, vivirla y transmitirla.

 

PREGUNTAS REFLEXIÓN:

-         ¿Cuánto tiempo te entregas a la experiencia del silencio? 

-         ¿Te da miedo enfrentarte a él?

-         ¿Vives en un mundo de ruido externo y mental?

-        ¿Estamos sumidos en tanto ruido que así no podemos discernir lo que nos dice Dios desde nuestro interior?

-       ¿Sabes que desde el silencio la voz de Dios se hace fuerte para indicarte cuáles son sus caminos para ti?


ORACIÓN FINAL: Sonidos de Silencio.

Qué bien suena tu voz en el silencio.

Qué lucidez, qué dulzura, que clara.

Remanso de quietud,

invitación a la reflexión,

elocuente decir insinuado,

siempre velado, siempre velado.

Cómo impresiona tu silencio, Señor;

silencio de entrega,

silencio de espera,

silencio de Dios.

Cuánto provecho causa tu silencio…

Vienen a la mente las victorias vividas,

las derrotas sufridas,

las vigilias cansadas,

las alegrías encausadas,

los triunfos conseguidos…

Y la vida: su pasado, su presente

y su futuro…

Y Tú en silencio, pero siempre al lado.

Tú en silencio, mas acompañando.

Tú en silencio; fiel, fiel, fiel; siempre fiel.

¿Cómo no va a estremecerme tu silencio?

¿Cómo no va a ser fuente de cuestionamientos?:

¿a dónde voy, por qué existo,

de dónde vengo y para qué vivo?

Pero en Ti

-¡ay, cómo escucho tus gritos!-

todo esto tiene un sentido.

Señor de la boca callada;

Señor de las palabras tan amplias;

Señor de la voz disimulada;

Señor de cara blanca:

¡luna llena eucarística!

Y si esto me dices en silencio,

qué sería si de la otra forma hablaras.


Puede visualizarse completa en:

https://humildadvilladelrio.blogspot.com/p/grupo-de-oracion-hvmilitas.html

28 noviembre 2022

27 noviembre 2022

21 noviembre 2022

CRISTO REY DE LA SOLIDARIDAD

En la mañana de ayer la Hermandad volvió a celebrar por décimo año consecutivo la Solemnidad de Cristo Rey.

Una Eucaristía muy participativa llena de simbolismo: en las ofrendas, los niños de catequesis entregaron los atributos de rey; la corona , el cetro y el manto. Pero no como podemos imaginar en cualquier cuento, si no la corona de espinas, el manto y la caña con la que los soldados romanos se burlaban de Jesús en su pasión. Además, en la acción de gracias se introdujo la corona de adviento, aun desnuda que a partir de la semana próxima se irá decorando con frutos flores y las velas.

En la homilía se nos invitó a entregarnos a los demás como Cristo lo hizo por nosotros. Dando lo mejor en nuestra vida para alcanzar algún día el Reino Eterno.


Los fieles asistentes a la Santa Misa ofrendaron los primeros alimentos de la campaña emprendida por la Hermandad para Caritas Parroquial que se desarrollará durante toda la semana, hasta el domingo 27 de noviembre.


El Señor fue dispuesto en un sencillo y elegante altar con dosel y fondo brocado beige y granate. El exorno floral se realizó con romero y clavel sangre de toro. Destacaron elementos como el espejo y cornucopias propiedad de la Hermandad.